Numerosos artistas se dejaron seducir por la luz del Mediterráneo, por la luminosidad de Mallorca, dicen que única, e incluso algunos decidieron fijar aquí su residencia y el epicentro de sus creaciones. Este es el caso del escultor Enrique Broglia (Uruguay, 1942), cuya luz se apagó ayer por la mañana para siempre. El creador falleció tras sufrir un infarto a los 71 años, que cumplió el pasado lunes, una fecha que coincidió con una operación de cataratas.
Enrique Broglia, autor de la marquesina que da la bienvenida al Palau de la Premsa y de la escultura de un águila que inspiró el logotipo de conmemoración del 50 aniversario del diario Baleares , tenía pensado regresar a Mallorca con motivo de la exposición basada en su obra que se inauguró recientemente en la galería Matisos (Colònia de Sant Jordi), y a cuyo estreno no pudo acudir debido a la citada intervención quirúrgica. Algunas de sus esculturas se pueden ver en espacios públicos de Palma, como la famosa Hacia el sur en el Parc de la Mar, entre otros, y buena parte de las mismas forman parte del fondo de la Col·lecció d'Art Serra.
Experimentación
Broglia nació en 1942 en Montevideo. Sus primeros años los pasó en la capital uruguaya, donde experimentó con la materia y donde, con 19 años, recibió su primera mención, el Premio Cámara de Representantes del Salón Nacional de Bellas Artes. Su inquietud le llevó a viajar hasta Europa, donde se instaló de manera temporal durante un año.
En 1969 se traslada a París, entrando así en contacto con el lenguaje vanguardista de la época. Unos años después, a principios de los ochenta, embriagado por la luz del Mediterráneo, regresó y estableció su residencia en Alaró. Después, Broglia volvió a la tierra de sus raíces, Montevideo, desde donde continuó haciendo crecer mil formas para seguir alimentando su mundo.