Que se preparen los políticos. También los miembros de la Familia Real -excepto la Reina, «que me cae bien»-. Moncho Borrajo no piensa dejar títere con cabeza. El actor, cantante y humorista regresa a los escenarios para ser su «mosca cojonera». Lo hace con un montaje «divertidísimo», Yo, Quevedo . No es un homenaje a la mejor pluma del Siglo de Oro, aunque «compartimos muchas cosas, de hecho, la gente más cercana a mi dice que soy como el Quevedo del siglo XXI». El montaje, «lleno de humor y sátira», se podrá ver los días 30 y 31 de este mes en el Auditòrium de Palma.
«Es mi espectáculo más valiente», avanza Borrajo, quien añade: «Es una crítica a la política actual y a la Monarquía, todo entre mucho humor, bromas y también momentos escatológicos de pedo, caca, culo y pis». El humorista juega con la duplicidad de personalidades entre Quevedo y él mismo, un personaje «rebelde y encerrado, está loco, no quiere pagar sus impuesto, sólo comer y ver la televisión, es un reflejo de la sociedad».
¿Quién se lleva la peor parte del pastel en esta historia «disparatada»? Borrajo lo tiene claro: «El Rey, Rajoy, Zapatero, Urdangarin y Luis Bárcenas, aunque con este último podríamos hacer un espectáculo para él solo, aunque de momento ya tenemos prou con el asunto, es muy pesado».
La «estupenda» actriz Lucía Bravo y las voces de Carlos Latre forman también parte de Yo, Quevedo . Sobre el imitador, Borracho asegura que «es el mejor que tenemos actualmente en el país, y sus personificaciones en off de don Juan Carlos o Mariano Rajoy son brutales, aportan muchísimo al show ».
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Sobre el guión, «no hay, la actualidad manda, pero lo malo es que haríamos un espectáculo distinto cada quince días... Los políticos son más humoristas que nosotros», sentencia.