El arquitecto Felipe Delgado, director facultativo de las obras de reforma del Teatre Principal de Palma, dio visto bueno a los trabajos desarrollados entre 2005 y 2007, siendo conocedor de diversas deficiencias en su ejecución. Así se desprende del informe que él mismo ha elaborado y en el que detalla, entre otros asuntos, cómo antes de la dar por finalizadas las obras y abrirse el teatro en abril de 2007 remite «un pliego a Dragados con aspectos pendientes a arreglar o subsanar», como la errónea instalación de las butacas. Pese a ello, se recepciona la reforma y el 17 de mayo de 2007 emite el certificado final de obras, según recoge la documentación que los patronos de la Fundación Teatre Principal de Palma han remitido al Ministerio Fiscal.
Delgado, en su escrito, hace algunas confesiones. Después de reconocer que fue «relegado» de sus funciones por la figura del aparejador Joan Mut, asegura que las modificaciones más importantes de la obra estaban avaladas por esta nueva figura, nombrado representante del Consell, propietario del edificio y promotor. Asimismo critica que «no se hiciera un proyecto reformado como pide la Ley de Contratos del Estado, hoy de Servicios Públicos» dados «todos los cambios que se estaban produciendo» y de los que «eran sabedores los arquitectos del Consell».
Sin renuncia
En este informe escrito por Delgado a petición de los actuales responsables del teatro y datado de 9 de julio de 2013, se detallan algunas de ellas. Pese a estos desacuerdos entre la obra proyectada y la que el Consell quería ejecutar para «reducir plazos», apunta el arquitecto, e inaugurar antes de finalizar la legislatura, y conocer algunas importantes deficiencias que afectan al uso diario del teatro no renunció, certificó la obra y en 2011 la institución le devolvió los avales. Por este trabajo cobró alrededor de 600.000 euros.