Gabriel Estarellas (Palma, 1952), considerado como uno de los mejores guitarristas clásicos de la actualidad, iba a protagonizar hoy el concierto inaugural de Festival de Pollença junto a la Orquestra Simfònica de Balears. Sin embargo, la huelga iniciada por los músicos de la formación desembocó en la suspensión del recital. A pesar de todo, el intérprete les apoya en sus reivindicaciones. Estarellas, catedrático de guitarra en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid durante 21 años -se prejubiló el año pasado-, recibió en 2004 el Premio Trujamán, el más prestigioso galardón nacional de este instrumento. Con más de 200 estrenos y 20 discos a sus espaldas, ha tocado por todo el mundo. El guitarrista Narciso Yepes fue uno de sus mejores amigos.
-¿Cómo se siente tras la suspensión del concierto del Festival de Pollença previsto para hoy?
-Cuando llevas meses trabajando en un proyecto que te motiva [como es tocar en el Festival de Pollença con la Orquestra Sinfónica de Balears] y, al final, no se puede llevar a cabo, te sientes realmente desilusionado. Para este recital, estuve hablando con el director del festival, Joan Valent, sobre la posibilidad de interpretar las mismas obras con las que debuté en el año 1970 en Palma, al poco de cumplir los 17 años. Lo siento de verdad por la ilusión de Valent en este evento, así como por el Festival de Pollença.
--¿Qué opina de la huelga iniciada por la Simfònica de Balears que obligó a anular su actuación conjunta?
-Ante todo, quiero manifestar que estoy del lado de los músicos que han decidido no hacer el concierto. He viajado y tocado junto a muchas orquestas sinfónicas de todo el mundo, pero la de Balears es especial para mí; es la formación musical que veía en el Teatro Principal cuando me colaba allí con 12 años, y me estremecía escuchando a los grandes compositores. Gracias a esto empecé a amar a la música.
-¿Qué le parece la situación de dificultad económica que atraviesa la formación?
-Pido por favor que se haga lo posible para que nuestra Simfònica pueda seguir adelante. Atravesamos una época y momentos cruciales en los que se está destruyendo nuestra Isla por accidentes no intencionados. Espero una respuesta positiva de las personas que tienen en sus manos la posibilidad de que todo se solucione. Espero que no aflore una vez más la insensibilidad y se deje 'quemar' la cultura musical mallorquina.
-Entonces tiene constancia de las recientes protestas de la Simfònica en la calle.
-Si hay recortes y no pueden cobrar las nóminas los músicos, pues que al mes siguiente no cobren los políticos, al otro los administrativos…
-A lo largo de sus 44 años de carrera musical ha recibido excelentes críticas a nivel internacional, calificándolo como virtuoso de la guitarra clásica.
-También hay críticas no tan buenas. Si todo es bueno es un mal síntoma; significa que no destacas, y cuando uno saca la cabeza es cuando te puede llegar la pedrada. Tanto las críticas buenas, las menos buenas y las malas han influido poco en mí. Lo más importante es levantarme por la mañana y pasármelo bien con lo que hago.
-Usted ha trabajado con Joan Bibiloni, Juan Coll, Pedro Deyá, Bernardo Juliá, Bartolomé Calatayud… ¿Hay mucha riqueza creativa en Mallorca?
-Sin lugar a dudas. En Mallorca ha habido músicos muy importantes como Joan Maria Thomàs, Miquel Capllonch, Antonio Torrandell, Bartolomé Calatayud… Bernardo Juliá, además de Castelnuovo-Tedesco, es el único compositor con un concierto para guitarra y coro. Lo estrenamos en Sant Antoniet en 1975. Fue su regalo de bodas.