Fue creyente hasta que un compañero americano de universidad, tras recorrerse medio mundo, le dijo: «No es posible que exista el buen Dios y permita tanta injusticia». El periodista Bonifacio de la Cuadra (Úbeda, 1940), en un artículo relativamente reciente en un medio digital, se pregunta cuántos crímenes se tapan con las sotanas o si todo se resuelve con la sagrada absolución. Las respuestas las da, en forma de denuncia y de ficción, en Secretos de confesión, una novela negra que presentó el pasado viernes, en la librería Literanta.
Curiosamente, los nueve comentarios que recibió la publicación citada fueron favorables. Ninguno discordante. «Me hubiera encantado haber leído un comentario de Rouco Varela que me pusiera a parir», asegura De la Cuadra.
En su debut en la novela, el autor, miembro del equipo fundador de El País, planteó una hipótesis cuyos hechos demostraron que es una tesis, y definitivamente, «una denuncia». «En España apenas han salido casos de pederastia sacerdotal cuando la Iglesia está muy presente en la sociedad». Ese hermetismo eclesiástico es fruto de «una complicidad de Iglesia, justicia y política». El periodista, que fue colaborador de este periódico, opina que «nadie se ha atrevido a denunciar estas prácticas».
Para explicar ese pavor, De la Cuadra recurre a la política, «le da terror lanzarse sobre esto. Los socialistas no denunciaron los acuerdos con la Santa Sede del año 79 para no perjudicar a sus votantes católicos. En la novela se muestra ya que desde los púlpitos se ganan las elecciones y esa es una de las cuestiones que hace que hayan sido muy blandos con la iglesia».