Templos e iglesias de Mallorca, siguiendo una secular tradición, instalarán el Jueves y Viernes Santo en un lugar estratégico la denominada 'casa santa' o 'monumento'. Ahora, Cort reivindica esta devoción incluyéndola en el circuito cultural con la publicación de un itinerario y un folleto mediante el que se puede hacer la visita por iglesias y monasterios del centro histórico de Palma el Jueves Santo tras el oficio y el Viernes Santo por la mañana.
En Mallorca, los creyentes de edad adulta conocen la tradición de visitar las casas santas. La noche del Jueves Santo, en muchas iglesias se celebra una hora santa, es decir, una hora de oración ante el Santísimo. Visitar «siete casas santas» es una tradición muy antigua y el número siete es muy significativo en la Biblia. Representa la perfección y su simbolismo la continuó la tradición cristiana, explicó el franciscano Bartomeu Pont. Se trata de una tradición anterior al Concilio Vaticano II.
Para el investigador Jaume Llabrés, la casa santa es ante todo una escenografía sacra que tuvo su máximo esplendor durante la época moderna, especialmente en los siglos XVII y XVIII, aunque en el siglo XIX también las corrientes historicistas favorecieron este tipo de montajes y la construcción del mueble principal que preside la casa santa: la urna del Jueves Santo.
Según Llabrés y la historiadora del arte Aina Pascual, las urnas son muebles artísticos de carácter litúrgico de primera categoría. Entre los modelos del siglo XVII con influencias estéticas del barroco y del manierismo destacan en Palma las siguientes: urna de la Seu, forrada totalmente de plata; la urna del monasterio de Sant Jeroni (Santa Elisabet), que actualmente no se expone, y la urna del monasterio de Santa Magdalena, con aplicaciones de plata y de carey. La mayoría de estos modelos van rematados por una cruz.
Siempre ha sido muy importante la decoración y la estética de la casa santa, aunque la liturgia recomienda sencillez. En la actualidad, se pone mucho esmero en la decoración de los monumentos, pero donde gozan de un especial esplendor es en algunos monasterios en los que las monjas incorporan gran profusión de macetas de bruis, que se preparan con semillas de verses con un mes de antelación, disponiéndolas, apenas sacan un pequeño brote, en un cuarto oscuro. Otros elementos actuales son las palmas del domingo de Ramos y velas o candelabros.