La editora Sonia Delgado ya lo avisó hace unos meses a este periódico, la revista Esquitx estaba en «peligro». Esa amenaza es hoy un hecho «muy triste». La publicación, «un proyecto cultural» dedicado al mundo del cómic y que ha servido como plataforma para muchos dibujantes de la Isla, echa ahora el cierre tras doce años debido a la crisis y a la «falta de ayuda institucional».
«Estoy desolada», confiesa Delgado, quien añade: «He hecho todo lo que se me ha ocurrido y más para conseguir que Esquitx fuera viable, pero no ha podido ser. Estoy hecha polvo, es una vergüenza. Tengo una sensación de impotencia. Como decía el dibujante [y Premio Nacional] Francesc Capdevila ‘Max', el desierto cultural va avanzando».
Fue en noviembre del año pasado cuando las instituciones comunicaron a Sonia Delgado que dejarían de comprar los 1.850 ejemplares de Esquitx, que se repartían por escuelas e institutos como «complemento a su educación cultural». Ahora, el fin de la revista supone «un hueco que nadie podrá llenar» y que llega tras 50 números editados desde el año 2000. «Es muy triste, ahora habrá que reinventarse».