Como antes sucedió con el Llit de la Mare de Déu, un itinerario por el centro de Palma, que recoge un total de 23 iglesias y monasterios, servirá para expandir una tradición religiosa, –que ahora el Ajuntament de Palma promocionará desde su faceta patrimonial–, muy arraigada en Ciutat. Se trata de las visitas a las Casas Santas, escenografías visibles desde la tarde del Jueves Santo hasta el final de la mañana del viernes, que se organizan en torno a una urna que tiene forma de sepulcro y es un «mueble artístico».
Desde el punto de vista de la Historia del Arte, la investigación sobre la Casa Santa es un campo a explorar. En cuanto al religioso, se trata de «una costumbre preconciliar, un anacronismo que quedó en Palma, donde nunca se ha perdido, algo así como lo que sucedió con la Sibil·la», comentó Fernando Gilet, concejal de Cultura de Cort, quien «animó» a la Diócesis para que el citado recorrido, que se adelanta en esta página, fuera posible. «También publicaremos un folleto sobre el mismo», dijo.
El investigador y colaborador de Ultima Hora Jaume Llabrés recuerda que «la tarde del Jueves Santo, después del oficio vespertino solemne, se reserva el Santísimo en la urna porque el sagrario queda vacío por la muerte de Jesucristo». Llabrés y la historiadora del arte Aina Pascual han «observado» la evolución de estas escenografías, sobre las que «falta una investigación completa». Las urnas «son muebles litúrgicos artísticos de primera categoría», apuntan. Las del XVII tienen influencias barrocas y manieristas, mientras que ya en el XIX son historicistas y neoclásicas. De las primeras, «las mejores son las de la Seu, la del convento de Sant Jeroni, que no se expone, y la del de Santa Magdalena».