Los restos arqueológicos hallados durante las obras del Arxiu del Regne de la calle Ramon Llull de Palma provocaron que éstas se paralizasen durante un año y medio. A pesar de este impasse, el arquitecto del Ministerio de Cultura, Joaquín Bau, augura que «el resultado será magnífico». Será el próximo octubre cuando este «arduo y laborioso» trabajo se de por terminado, con un coste final de cerca de 14,8 millones de euros, ya que las labores de los arqueólogos y un refuerzo en la crujía frontal supusieron un sobrecoste imprevisto de 1,5 millones. Entonces, todavía quedará pendiente la dotación del mobiliario, todavía sin partida económica.
Joaquín Bau visitó ayer la reforma acompañado por el director del proyecto, el arquitecto Sergio de Miguel; el responsable del Arixu, Ricard Urgell, y la directora general de Cultura del Govern, Bel Cerdà. Todos ellos recorrieron las obras y explicaron los resultados. En las obras se plantearon dos acciones diferentes: la primera, la rehabilitación de la citada crujía frontal, cuerpo edificado con frente a la calle Ramon Llull, estará segregada en sus dos plantas originales –un salón de actos y otro de oficinas–; la segunda, una edificación nueva divida en dos bloques, el anexo –una zona de transición dedicada a diferentes áreas– y el de depósitos, «el grueso de la obra», detalló Bau.
Este último edificio, «como si de un cofre se tratara», estará conectado al ánexo mediante tres pasarales y contará con depósitos documentales, recepción de fondos, así como un acceso para vehículos desde la calle Sant Bonaventura.