El Casal Solleric recupera en esta legislatura las grandes retrospectivas de cómic con una dedicada al neoyorquino Russ Heath (Nueva York, 1926), un artista considerado entre los dibujantes como un maestro. La muestra se inaugura hoy, a las 20.00, junto con una instalación de la ibicenca Irene de Andrés, en la Zona Base del centro, inspirada en las ruinas de la discoteca Idea de Eivissa que se demolió en 2011 tras pasar varios años convertida en una ruina.
En cuanto al trabajo de Heath, hijo de un cowboy, fue un autor «independiente, que nunca quiso ligarse a ninguna editorial, y que trató temas como el western, la guerra, el humor o la fantasía, pero al que no le gustaban los zombis ni los vampiros».
Lo explicaba ayer el comisario de la muestra, el experto y profesor Florentino Florez, quien viajó hasta Los Ángeles para entrevistarse con el autor. De la exposición añadió que es una de las pocas en las que el visitante se podrá encontrar «con historietas completas», ya que Heath trabajaba en guiones cortos. Así, la obra «se podrá leer, permite una lectura más cercana, más al detalle». Russ Heath pintaba a lápiz y coloreaba él mismo y fue uno de los dibujantes cuyo trabajo utilizó Roy Leichestein, el famoso pintor pop, «quien nunca acreditaba» cuando lo hacía. El catálogo de esta exposición se editará en colaboración con Edicions UIB.
Florez está convencido de que la propuesta atraerá a «un público joven» porque «sus acabados son muy modernos» y aunque «huye de los superhérores, sus personajes son los mejor de la especie, en ellos hay un ideal».
Eivissa
Irene de Andres recupera para la Zona Base la memoria de las construcciones levantadas en las Islas cuando comenzó el turismo, destinadas a discotecas o lugares de ocio que quedaron sobre el paisaje como esqueletos de «ambición». Ella se ha centrado en la discoteca Idea, cuya estructura definió durante 24 años, como una herida abierta, el paisaje de Sant Antonio de Portmany, en Eivissa. Con este trabajo finaliza el ciclo comisariado por Fernando Gómez de la Cuesta y Pau Waelder para esta sala del Solleric.