Poco o nada ha cambiado Sergi López (Vilanova de la Geltrú) desde su última visita a Palma. Su humor, su pasión al hablar de teatro, su chaqueta de cuero,... Dice que tiene «más arrugas, algún pelo blanco de más, más gordo o delgado, según la época...». Síntomas de una madurez física, bromea, que podría compararse con la madurez, en este caso artística, del espectáculo Non Solum. Este diálogo cómico y surrealista en el que «un único actor sobre el escenario habla con varios personajes que son iguales», recuerda, se estrenó en 2005 y regresa por tercera vez a la Isla, ahora «más redondo y pulido». Con él, López se une a la celebración del veinte aniversario del Teatre del Mar (calle Llucmajor, 90), un espacio que «es un ejemplo de la fuerza de lo pequeño y lo cercano, con una programación sólida y contundente».
Non Solum es «un 62,3%» Sergi López, un montaje que construyó junto a Jorge Picó a partir de lo que no quería hacer. El resultado es una obra premiada con el Max, el Fotogramas de Plata, el Terenci Moix y por la Associació d'Espectadors del Teatre del Mar; un espectáculo «escrito y pensado para no cansarse» después de llevar más de siete años rodando por los escenarios. Sergi López es de los que busca «el placer» de su profesión cada día. «Este oficio es una pasada. Si una obra como ésta te cansa, es que algo no funciona fuera del escenario».
Actor de teatro y cine, López confiesa que conserva de su juventud «una tendencia independentista». Así que se muestra, «por supuesto», a favor del referéndum en Catalunya. «Al final de todo, cada pueblo tiene que decidir hacia dónde ir. Creo que el referéndum se producirá porque en la calle la gente tiene ganas de decir 'sí o no», comenta.
Mirando atrás, recuerda que cuando el Teatre del Mar abría sus puertas estaba finalizando sus estudios de teatro en la Escuela Jacques Lecoq de París, ciudad en la que inició sus pinitos también en el cine. «Nunca me consideré un actor de cine. Hasta que no llevaba 5 o 6 películas me daba vergüenza decir que hacía cine», cuenta. Veinte años después, lo compagina con el teatro y en abril se estrenará Tango libre, de Frédéric Fonteyne.
Soledad
Sin confesarlo, Sergi López es de los que transmite que sobre el escenario se siente en su salsa. Habla del contacto con el público, de las sensaciones que le produce «una sala pequeña llena [como la del Teatre del Mar] es como una olla a presión, es muy chulo y la energía que sientes es muy fuerte». Aún más cuando el público que le acompaña entra dispuesto a «descojonarse». Hay cosas que no le ofrece el cine. «Es diferente, estás más solo. El teatro es muy bestia».
El actor tiene un nuevo proyecto junto a Jorge Picó. «Hemos cerrado tres actuaciones en un año», pero no se quedará parado. Está previsto que Non Solum visite Buenos Aires; espera «hacer algo chulo con máscaras» y, sin detalles, habla de varios proyectos de cine. De momento y seguro, Non Solum, en Palma.