Eran tiempos en los que la mujer poseía un rol relegado a lo absurdo. Un papel sumiso. Servicial. Vivía por y para su marido. Eran las mujeres de la Sección Femenina. Aquella, la de 1934 a 1977, fue una época que ha dado a Quino Falero para gestar una comedia: El manual de la buena esposa . Un periodo de tiempo de adoctrinamiento femenino resumido en una docena de sketches e interpretado por tres actrices, Mariola Fuentes, Llum Barrera y Concha Delgado. El montaje se representará en el Trui Teatre hoy, a las 18.30 y a las 21.30 horas, y mañana, a las 18.30.
La línea de la obra es crítica y se fundamenta en doce textos relacionados con la Sección Femenina escritos por seis autores. El manual de la buena esposa se estrenó el pasado mes de enero en el Teatro Lara de Madrid. Pocos meses después del cambio de Gobierno. «No sabíamos si se tomaría a risa o a pecho, como nos temíamos», comentaba ayer Mariola Fuentes. Casi un año después, agradecidas, salen de gira. Su primera 'clase' para explicar el manual más allá de la capital será en Palma.
«Es una comedia que no busca ni buenos ni malos, ni rojos ni nacionales», afirmó la actriz mallorquina Llum Barrera. Ambas aseguran no haber acabado de leer el manual, pero consideran que «el gran acierto fue quitar símbolos y aspectos excesivamente ofensivos».
Coinciden en que todo el contenido del manual les sorprende. «Era una sociedad donde sólo importaban los hombres, la función de la mujer era apoyar las grandes ideas del marido».
«El manual es todo deleznable, no me parece bueno nada», dice, rotunda, Fuentes, que entrelazaba diálogos y risas con Barrera durante la explicación del montaje.
Las tres actrices interpretan a ocho personajes cada una. A Llum, que le toca imitar a Franco, le molesta que no se pueda despotricar del generalísimo. «No sé por qué no se puede decir que Franco cerró las puertas del país, que mató a mucha gente. Aún cuesta admitir que Franco era un dictador totalitario».
La subida del IVA al 21 % ha supuesto «un hachazo». Ambas actrices, agradecidas a quienes deciden acudir a sus funciones, apuntaron que «no es fácil pagar las entradas tal y como están las cosas». Satisfechas y orgullosas de mantenerse un año en cartelera, tanto Llum como Mariola lo califican de «milagro».