Cuando un hondero mallorquín -interpretado por el actor y artista Diego Ingold- cae por un acantilado durante la época de las guerras greco-púnicas cree que ha llegado el final de sus días, pero no es así. En ese momento, la «supervivencia» se convierte en su única razón de ser. Así arranca Foc de pedra , el nuevo cortometraje del cineasta Àlex Marín, que se ha rodado durante los meses de octubre y noviembre en parajes de la Isla como la Costa Nord o el Port d'es Canonge. Su estreno está previsto para febrero del año próximo.
Marín aclara que «no es una lucha del hombre contra los elementos de la naturaleza que ponen en peligro su vida», sino que es «una batalla del personaje consigo mismo, algo todavía más duro que enfrentarte a lo que te rodea e intentar salir adelante». A pesar de este trasfondo, el hondero al que da vida Diego Ingold «sufre bastante» y debe plantar cara «a grandes diluvios, a un mar fiero... Él está herido y le será muy complicado sobrevivir», añade.
El hecho de contar con un sólo protagonista «es una ventaja, pero también puede jugar en tu contra. Tienes que conseguir que el personaje conecte con el público y que éste sea capaz de sentir lo que él está sintiendo. Es una situación de supervivencia que se podría extrapolar a otros aspectos de la vida», detalla Marín, quien explica que «lo más complicado ha sido rodar en espacios naturales muy adversos. Tienes que estar pendiente de la climatología y de que nada altere tu agenda, a veces resulta un tanto caótico».
Sobre Diego Ingold, el sufrido hondero de esta historia, Marín asegura que «para él ha sido un rodaje muy duro, sobre todo físicamente». El vestuario del actor es «escaso» y «al tener que escalar por rocas y otras hazañas, le ha tocado sufrir un poco, pero el resultado ha sido fantástico y muy satisfactorio». El director define este papel como «muy romántico, un personaje soberbio que cree que puede con todo y que, por primera vez, debe luchar para salir adelante y superar una situación que le ha tocado vivir y que no tiene marcha atrás».
Aunque Marín no quiere desvelar mucho más de la trama Foc de pedra , sí que adelanta que «hay una parte mágica en el desarrollo del argumento, un punto de ciencia ficción que, sin duda, sorprenderá a los espectadores».