Bienvenido señor Brosnan, Pierce Brosnan. La presencia del exagente 007 en la Isla para el rodaje de A long way down supuso que medio centenar de curiosos y turistas se acercaran a esperarle a las afueras de un hotel de Camp de Mar, donde la productora del filme ha instalado una de sus bases en la cuarta planta. A primera hora de la mañana, el actor acudió al set montado en la zona para que le maquillaran y de allí salió con un ojo morado. Ante la cantidad de curiosos que esperaban ver a la estrella hollywoodiense, el exagente 007 fue evacuado por la parte trasera del hotel desilusionando al público que le había esperado al menos durante un par de horas cámara en ristre.
Pero incluso allí había fieles turistas de temporada baja a la espera de inmortalizarle como un recuerdo estelar de sus vacaciones mallorquinas. Finalmente, antes de abandonar el aparcamiento, el actor bajó la ventanilla del BMW blanco en el que se iba camino de Palma y saludó a los fans. Incluso una señora consiguió acariciar una de sus glamourosas manos.
Hacia las 12.00 llegó al aeropuerto con una de esas sonrisas seductoras que cautivaron a Halle Berry en Muere otro día. En el aparcamiento de autobuses, otra base de operaciones del rodaje, le esperaban unos pocos seguidores que le gritaron «¡Mr. Brosnan!», a lo que él respondió levantando felizmente el pulgar. En otra planta cuarta, en este caso en el parking de Son Sant Joan, además de en la zona de embarque, se grabaron algunas de las escenas de la película que dirige Pascal Chaumeil. Los coprotagonistas de la cinta Toni Collete (Little Miss Sunshine) y Aaron Paul (Breaking Bad), quien también lucía un ojo morado, aparecieron tras la estela del intérprete irlandés. Todo indica que ambos caballeros midieron sus puños en el set, aunque no con mucha violencia.