Primero fue el cierre de las salas de ensayo de Son Bibiloni, que dejó a los músicos sin una alternativa. Después, en 2010, el proyecto de Cort que en la pasada legislatura prometía locales en la Universitat de les Illes Balears (UIB) nunca se hizo realidad. Ahora, un nuevo «batacazo» deja «en jaque» a los músicos de la Isla. La Policía Local precintará mañana, a las 12.30, los 33 locales de ensayo ubicados en el hipódromo de Son Pardo ya que, según el Ajuntament de Palma, «no cuentan con licencia». Los músicos, de momento, durante la mañana de ayer ya recogían sus instrumentos.
Tras recibir una denuncia de un particular el 19 de abril de 2011 y darse los plazos correspondientes al titular, Juan Vadell Lladó, para presentar la licencia, el propietario no la constató y la Patrulla Verde de la Policía Local inspeccionó el local y notificó el 2 de octubre que aún no disponía de licencia municipal de apertura y funcionamiento, por lo que se debía paralizar de forma inmediata la actividad y clausurar las salas hasta tener los permisos legales.
Según el informe de la Policía Local, las instalaciones «no tienen las medidas de seguridad adecuadas» y el propio Vadell reconoce en dicho documento que «no hay extintores».
El martes por la tarde, según cuenta el portavoz de la Policía Local, Angel García, una Patrulla Verde acudió al recinto y comprobó que «estaba el local abierto con personas ensayando, lo que significa el incumplimiento del decreto». No obstante, García reconoció que «no me consta que haya especial interés en cerrar este recinto» y que «no se levantará el recurso hasta que no haya una autorización de licencia de actividades».
Llevan veinte años sin licencia y hasta ahora no había habido problemas. «Nos piden que tiene que ser un 55 por ciento de suelo deportivo», explica Rafa Barceló, de Trau y Eskoria, uno de los músicos afectados. Pero «la licencia está en el punto 0 y el dueño ha tenido tiempo de solventar este asunto, desde abril de 2011», asegura Quique Izcue, director general de Urbanismo de Cort.
Las reformas se llevaron a cabo hace 2 meses y estaban centradas, básicamente, en construir salidas de emergencia, conductos de ventilación y luces de emergencia en cada uno de los locales. Las obras servían, en teoría, para conseguir legalizar el espacio. «Fue todo muy atropellado, hasta ayer [por el martes] no sabíamos que esto tenía que ser suelo deportivo, nos lo ponen muy difícil para legalizar el asunto», comenta la cantante de Riot Cats, Aina Bermejo, que lleva tres años ensayando en Son Pardo.
Las instalaciones del hipódromo son un meeting point para músicos de todas las generaciones y clases; estudiantes y trabajadores. «Estamos muy conmocionados, ayer [por el martes] había aquí gente llorando. No tenemos vecinos, ni enemigos», relata Bermejo.
Hoy, a las 17.00, hay una asamblea convocada por los músicos afectados para debatir las líneas de actuación.