Ni siquiera Pierce Brosnan, el agente 007 en Muere otro día, daba crédito tras los prismáticos al ver como una despampanante Halle Berry salía del agua. Brosnan tuvo que volver a hacer uso de los anteojos para reafirmarse y observar la figura de Berry enfundada en un bikini naranja con un puñal en la cintura. Quien también tuvo muy cerca a la actriz estadounidense fue Simón Andreu, que interpretaba el papel de un malévolo doctor que convertía a los negros en blancos mediante la aniquilación de niños para aprovechar sus órganos. Con Berry no lo consiguió.
Pese a que ella tenga intención de pagar la operación de transformación, finalmente mata al doctor. «Estuve 10 días en Londres para grabar un minuto», recuerda Andreu, quien se quedó sorprendido por los efectos especiales que incorporó el director, Lee Tamahori. «Berry me pega un tiro que atraviesa el cheque que me da, que iba a través de un cable que venía de mi dedo y que yo sujetaba con un petardo», explica el actor. La forma de trabajar en Londres dista de la española. «Ahí se rueda hasta la extenuación, hasta el mínimo detalle, se hacen planos de todo».
Durante el rodaje, según relata Andreu, Halle Berry estaba muy contenta porque le anunciaron que estaba nominada para el Oscar. Pero fuera de las cámaras no se vieron mucho. «La actriz tenía un marido bastante conflictivo, creo que la pegaba». En cambio, con Brosnan, «que le encanta Mallorca», sí que tuvo más trato. Tenían el camerino al lado, pero el del actor irlandés «era mucho más grande que el mío, por supuesto». En cambio, Berry estaba más apartada, en una roulotte justo al lado del plató.
A la hora de decantarse por uno de los actores que en algún momento de su trayectoria empuñaron la Walther PPK de 007, Simon Andreu no duda: «Sean Connery lo bordó y lo inventó. Dio la pauta a seguir». Pero por Daniel Craig, con quien coincidió en un rodaje en Rusia en el 92 cuando aún era un novato, también siente especial devoción. «Está muy bien formado físicamente y como actor es fenomenal». Independientemente de quién lo interprete, cualquier filme de la saga siempre es un reclamo. «Se ha convertido en un conocido de la familia, como las series que tienen una infinidad de capítulos. La gente ya va por tradición a ver una película de James Bond».
Simon Andreu había trabajado varias veces con la directora de casting de la saga. La conoció dos años antes de que se rodara y desconocía que dicha mujer tenía relación alguna con un agente llamado Bond, James Bond.