La programación presentada por los responsables del Teatre Principal de Palma de cara a la próxima temporada, que comprende un periodo entre septiembre de este año y junio de 2013, no convence a los profesionales de la escena local. De los 88 espectáculo programados, 22 son teatrales y sólo diez de ellos son obras de compañías profesionales. Es por ello que su «falta de calidad y profesionalidad», la carencia «de peso teatral» y la «ausencia» de compañías profesionales de la Isla en su cartel ha causado una gran crispación en un sector «que deberá buscarse la vida fuera de Mallorca».
Para el actor Salvador Oliva , de la compañía La Impaciència, la línea de programación del Principal es «la típica de unas personas que desconocen totalmente el mundo teatral», y que se basa en «una política retrograda, rancia y aniquiladora de cualquier cuestión profesional». «Con este panorama, nos tendremos que buscar la vida fuera de la Isla. En nuestro caso, La Impaciència viajará a Madrid y Barcelona», añade el intérprete.
Por su parte, el actor Rodo Gener , quien también es director de la Associació d'Actors i Actrius Professionals de les Illes Balears (AAAPIB), apunta que «ésta programación es muy reprobable moralmente y tenemos que ver si legalmente. Es difícil de entender que las compañías amateurs tengan tanta facilidad para estar presentes, porque parece que los profesionales somos los que no tenemos derecho a entrar en el Principal. La programación es más propia de una sala multifuncional que de un teatro principal».
«Dicen que dará trabajo al sector, pero no lo veo algo evidente», destaca Joan Porcel , de El Somni Produccions. «No tienen una línea de trabajo definida, y la que tienen no la comparto. Creo que tendrían que ser más claros con lo que hacen». Sobre el teatro amateur, Porcel opina que es «terrorífico que se programe durante el año. Claro que hay que hacer teatro amateur, pero tendría que estar concentrado en una época puntual y, a partir de ese momento, la programación tendría que centrarse en los productos profesionales de la gente que vive del teatro».
Pere Mestre , uno de los fundadores del Teatre Sans, recuerda que «la supresión de las ayudas al final del ejercicio del pasado año ayudó a sufragar gran parte del déficit del teatro, por lo que sería justo que, ahora que vuelve a haber presupuesto para programar, las compañías mallorquinas tuvieran preferencia». También apunta que «los teatros públicos, no sólo tendrían que tener en cuenta a las compañías locales, sino también a los teatros de cara a coordinar las programaciones para saber a qué se tiene que dirigir cada uno y evitar una competencia desleal».
Por su parte, Carles Molinet , actor de la compañía Iguana Teatre, entiende que «haya que apostar por una programación propia que cree trabajo, pero no acabo de entender cómo se hará excluyendo a las compañías profesionales de la Isla. Además, no se puede decir que programar una representación del grupo aficionado del Colegio de Abogados, que estoy muy a favor de que hagan teatro, sea gratuito cuando, cada vez que se abre el Principal, se gastan miles de euros. Los palmesanos pagarán por este evento, así como los que sean deportivos, pero a nosotros no nos ofrecen un espacio deportivo de manera 'gratuita'».
«Echo en falta protagonismo balear y más peso teatral», confiesa el crítico Javier Matesan z , quien apunta: «No creo que sea una programación diseñada con unas expectativas muy comerciales, así que no creo que vaya a tener mucho público».