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El Museu de Pollença recuperará su Virgen Sagrario tras una «laboriosa» restauración

Se trata de una talla del siglo XIV que estaba en muy mal estado y ha sido rehabilitada en el taller del Bisbat

Una de las restauradoras, trabajando la policromía.

| Pollença |

Desde nidos de avispas muertas en su interior, quién sabe desde cuándo, hasta una bola de cemento con la que en el pasado habían rellenado la cabeza, que presentaba un gran boquete en la parte de atrás. Éstas son algunas de las muchas deficiencias que padecía la imagen gótica de la Virgen Sagrario de Pollença cuya restauración acaba de finalizar en el taller del Bisbat.

Cuando la talla llegó al taller, que dirige Antònia Reig, su estado de conservación pedía a gritos una mano experta: «La puerta del sagrario se soltaba y el fondo del mismo estaba hundido; le faltaban parte del volumen de los pliegues del manto, la base y una mano, y los barnices [de la pintura] estaban oxidados», explica Reig. Tras varios meses de trabajo, y gracias a la colaboración del Departamento de Cultura del Consell, que ha sufragado la rehabilitación, la imagen podrá regresar al Museu de Pollença, donde se exponía, para exhibirse con dignidad ante los visitantes, ya que se trata de una pieza muy especial.

Reseñable

Datada en el siglo XIV, su valor histórico artístico es reseñable. Según la historiadora del arte de la UIB Mercè Gambús, que firma un estudio previo a la rehabilitación, pertenece a «un conjunto iconográfico excepcional conservado en Mallorca», por su condición de imagen sagrario, y, estilísticamente, «está emparentada con la Marededéu Sagrari de la Seu y la del convento de Santa Clara». Las tres son del XIV. Todas ellas están «relacionadas entre sí» y fueron «abanderadas de una tradición histórica en Mallorca conformada tipológicamente por la imagen como tabernáculo eucarístico o relicario devocional, que se va a desarrollar hasta finales del XVIII».

El trabajo en el taller dio algunas sorpresas. Por ejemplo, comprobar que parte de la estructura se hizo con trozos de tela y cuerda para conseguir los volúmenes, y no solo de madera tallada.

Llena de repintes y desconchones, la talla entró en la UCI del Taller de Restauració casi in extremis y su 'reparación' «ha resultado laboriosa», explicó Antònia Reig. En especial, en aspectos como la limpieza de las «carnaciones», es decir, de la piel del cuerpo que queda a la vista y la de la imagen del Bon Jesús, que «tenía muchos repintes». Tras la limpieza de los mismos, ahora recupera su color original. También, la policromía y el dorado con el que estaba decorada su vestimenta.

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