De entre los años 500 y 400 antes de Cristo se pueden datar los nuevos hallazgos realizados en la necrópolis de la finca de Son Real, de Santa Margalida. Se trata de los restos óseos de tres individuos enterrados en los denominados lugares de paso, zonas de tránsito ubicadas entre las grandes tumbas talayóticas. Uno de los cuerpos, el mejor conservado, se ha encontrado con un pequeño ajuar, compuesto por un puñal y un punzón de hierro.
Jordi Hernández, quien, junto a un grupo de seis técnicos más y alrededor de 15 voluntarios, ha dirigido la campaña de consolidación y excavación del yacimiento, considera que «se ha realizado una labor muy importante. Con la aparición de cuatro tumbas más, el yacimiento ya cuenta con 127. Además hemos iniciado trabajos de consolidación para musealizar el conjunto».
Lo más destacado de los nuevos hallazgos es su situación. Ninguno de los esqueletos ha sido localizado en el interior de la tumbas. Estaban en lo que hasta ahora se consideraban lugares de paso, las vías de circulación entre las otras tumbas. Los arqueólogos señalan que seguramente se han conservado debido a este motivo, ya que en las primeras excavaciones de los años 50 y 60 de Miquel Tarradell se creía que ya se había descubierto lo más importante de la necrópolis. Ahora, precisamente el archivo fotográfico de Torrandell ha servido de base para la restauración y consolidación de varios espacios, afectados por los temporales o por el desplazamiento de la arena de la zona. Una vez analizados los restos serán depositados en el Museu de Mallorca.