Sensible y sutil, una narradora como Anni B. Sweet es lógico que utilice sus canciones para construirse uno de esos universos fantasiosos que los creadores pincelan a medida. El suyo, vistoso, sugerente y hedonista, da vida a un imaginario capaz de arrancarnos un agradable suspiro, pero detrás de ese atractivo envoltorio se encuentran grandes canciones, ejecutadas con vocación y compromiso. La malagueña presentará en Palma el próximo 21 de junio en la sala Es Gremi su nuevo elepé, Oh, monsters!
Anni B. Sweet se arrima con pasión a las brasas del indie folk, «las etiquetas musicales me resultan graciosas, realmente no sabría cómo encasillar mi música, lo único cierto es que todas las canciones parten del folk pero luego siempre acaban transformadas en otra cosa. El otro día leí que hacía freak folk, me hizo mucha gracia», explica.
Sus letras, en cambio, ejercen un efecto pendular entre el entusiasmo y la melancolía, esquivando los lugares comunes del género para servir un resultado que deviene bálsamo reconstituyente para los amantes de la fusión con vocación intimista.
«Cuando me arranco a escribir me dejo llevar, la mente siempre te conduce a donde quiere llegar, Oh, monsters! es un disco en el que he volcado todo lo que tenía en la mente, no me he dejado nada en el tintero, hablo de la soledad, el paso del tiempo y los sentimientos».
La artista ha paseado por medio mundo su nuevo trabajo, cosechando excelentes críticas, «la figura del artista se ha transformado en los últimos años, gran parte de culpa, para lo bueno y lo malo, la ha tenido Internet. Hoy día tienes que currar mucho para llegar a final de mes».