Doctora del Departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y titulada Superior en Composición, Carmen Fernández Vidal imparte clases en el Conservatori Superior, donde disfruta de su profesión en todos sus ámbitos. Compositora, investigadora y docente, Fernández Vidal habla de su trabajo y de su experiencia tras publicar dos libros sobre música no tonal. También ha compuesto una obra basada en la Sibil·la para un homenaje a Jordi Savall que se estrenó en marzo en París.
—¿Se podría decir que está atravesando su mejor momento profesional?
—Estoy trabajando mucho en diferentes facetas de la música, la composición, docencia e investigación, y estoy muy satisfecha con los resultados. En el campo de la investigación he sacado adelante la publicación de dos libros. En uno de ellos soy coautora con Teresa Catalán, que también ha sido mi maestra, sobre la música no tonal. El otro es un resumen práctico de aplicación en el aula de mi tesis doctoral Técnicas compositivas antitonales.
—Todo este trabajo parte de su tesis doctoral. ¿En qué se basa?
—La tesis, que defendí en 2010, consiste en un estudio comparativo de tres tratados didácticos que se enfrentan a la problemática de tener que establecer una sistemática para enseñar a escribir música que no sea un lenguaje tonal. Éste imperó desde el siglo XVII hasta finales del XIX, y, a partir del siglo XX, las vanguardias irrumpieron como ruptura con esa convención.
—¿A quién van dirigidos estos volúmenes?
—Los profesores muestran mucho interés en estos libros porque con el nuevo plan de estudios están surgiendo asignaturas con nombres como Contrapunto del siglo XX o Técnicas compositivas del siglo XX, y, de repente, éstos ven que este puede ser un material de apoyo muy interesante para preparar sus clases. Los alumnos también están muy interesados. Además, son libros poco frecuentes en España.
—Habrá sido un trabajo de muchos años.
—Recuerdo que cuando leí la tesis en 2010, en mi defensa dije que hacía más de diez años que trabajaba en esto, y era en 2010. Sabía que la lectura de la tesis era un paso natural más en todo este proceso, pero también sabía que no era el final. Es un proyecto de por vida.
—Dado que no existen muchos estudios o tratados sobre la música no tonal, ¿dónde se documentó?
— Internet ha sido una salvación. A través del correo electrónico he contactado con gente de todo el mundo. Sumergirse en este mundo es apasionante, no sólo en el sentido musical, es como hacer un viaje en el tiempo.
—Compuso una obra en homenaje a Jordi Savall, basada en la Sibil·la. ¿Era también un tributo a la Isla?
—Fue un encargo de Diego Fernando Magdaleno, Premio Nacional en 2010, para un homenaje a Jordi Savall que se estrenó en París. Es una pieza que también me sirve para homenajear a mi tierra y a mis raíces, trabajando una música arraigada a la tradición musical de la Isla.
—¿Por qué no han tenido tanta visibilidad las mujeres compositoras a lo largo de la historia?
—No es algo exclusivo de la música, siempre ha sido así y creo que es un hecho más vinculado a una situación social que a un ámbito concreto, hay que evolucionar. Los compositores actuales, ya sean hombres o mujeres, lo tienen más difícil para entrar en circuitos intelectuales, y eso duele.