«Él escribía desde adolescente y, de hecho, cuando conoció a Federico [García Lorca] estaba trabajando en un libro de poemas que se iba a llamar Primeras comuniones ». Francisco Manuel Reina, autor de la novela testimonio Los amores oscuros que se publica el martes, se refiere a Juan Ramírez de Lucas (Albacete, 1917 - Madrid, 2010), crítico de arte y arquitectura quien, según su investigación, fue el último amor de García Lorca. Ramírez de Lucas, que mantuvo una gran relación con Mallorca, donde aún viven dos de sus hermanas, no se decidió a publicar su primer y único libro hasta 2007. Titulado Homenajes pictóricos. Poemas y dibujos (Ed. Nausícaä), es un volumen agotado, y, ahora, «un raro», como se dice en el argot del sector. Lo comenta su editor, José Manuel Martínez Cano.
Esta cuidada publicación de 155 páginas reúne dos de las pasiones de un personaje anónimo que acaba de saltar a la actualidad cultural por su relación con el poeta granadino, la literatura y el arte.
Por su trabajo en revistas especializadas y en ABC , Ramírez de Lucas tuvo ocasión «de conocer, tratar y, en muchos casos, establecer íntima amistad con muchos de los principales pintores que iluminaron con su talento el panorama artístico del siglo XX». Así lo escribe en la introducción del libro, en la que califica de «testimonios de admiración» los poemas que dedica a Picasso, Dalí, Miró, Juan Gris, Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, César Manrique, Antonio López y Fernando Zóbel. Tampoco falta una referencia a la pintura naïf que tanto le gustaba, tal vez porque coleccionaba arte popular. De hecho, su hermana Carmen practica este estilo y uno de los poemas va dedicado «A Carmen, en Mallorca».
Cano recuerda que Ramírez de Lucas decidió publicar el poemario con la misma discreción que había caracterizado toda su vida, durante la que nunca quiso hablar de su relación con Lorca. «En Albacete, en ciertos círculos [culturales] era un secreto a voces», señala el editor. «Creo que fue muy honesto lo que hizo».
Algunos de sus versos habían salido en las revista Barcarola , que edita el propio Cano, o en Estafeta Literaria . Ambos se conocían de esta ciudad y el editor comenta que «no pensaba que escribiese poesía, aunque le veía capaz porque era una persona muy sensible y muy culta que hablaba mucho de literatura, de la Generación del 27, del Noucentismo». Sobre los poemas objeto de este reportaje añade que «están muy trabajados» y destaca que «somete el lenguaje a las técnicas pictóricas de cada artista» que homenajea. «Tenía mucho más material», añade. Cano piensa que «fue Lorca quien le introdujo en el mundo de la cultura profunda y en ese gusto por el arte popular»