Josep Egger, melómano y presidente de la Asociación Austríaca de Amigos de Mallorca, está volcado en el futuro de la Orquestra Simfònica de Balears, a la que ya ha llevado a tocar a su país, y a la que este pasado fin de semana, ha promocionado en Suiza invitándola, con todos los gastos pagados, a ofrecer un concierto en el exclusivo resort Bad Ragaz, ante 250 personas, el sábado 14. Además, Egger está promoviendo la creación de una «asociación pro orquesta», implicando a mallorquines y a otros ciudadanos europeos que tienen aquí su segunda residencia, proyecto que sólo llevará adelante si «los políticos aseguran que seguirá como una orquesta de ochenta músicos porque, si no, no podrá interpretar grandes obras».
Joan Rotger, vicepresidente de Cultura del Consell que viajó a Suiza invitado junto a los 16 músicos de la Simfònica que participaron en el concierto, confirmó ayer el interés de Egger por colaborar, a quien puso «como ejemplo de lo que puede hacer el sector privado» por la cultura. «Egger está promoviendo una asociación, pero lo que nos pide es estabilidad para la orquesta» y en eso dijo que trabajan las administraciones implicadas, el Govern, el Consell y Cort. Rotger, que acudió a Suiza en representación del conseller Rafael Bosch, quien preside el consorcio por el que se rige la sinfónica, señaló que «la próxima semana nos reuniremos con el señor Egger» porque «entre todos tenemos que buscar una solución definitiva; también los músicos están proponiendo ideas, estos días en Suiza tuve la oportunidad de convivir con ellos, escucharles».
Por su parte, Egger, empresario jubilado hace años, señala que para revitalizar la economía de la sinfónica se necesita «vender las entradas a un precio real y que tenga mucha más actividad, tanto de todos los músicos juntos como de grupos de cámara, y tanto por las Islas, como por España y el extranjero». El de Suiza fue un concierto de cuerda y clarinete y Egger asegura que está promoviendo otro en Suiza y uno más en Tenerife, éste «con todos los músicos».