Joaquín Bau, jefe de Infraestructuras del Ministerio de Cultura, visitó el pasado jueves las obras del Arxiu del Regne, cuyo final augura para septiembre de 2013 con las prevenciones de rigor. La excavación arqueológica en el subsuelo del solar, que ha durado un año, retrasó el avance de la construcción, un edificio de nueva planta, -excepto por la fachada que da a la calle Ramon Llull, que se mantiene-, que incluye un patio y dos nuevos cuerpos: Un anexo pegado al edificio original de los años cincuenta del pasado siglo, en el que irán los servicios comunes, y un cubo ciego que acogerá los documentos históricos, talleres y laboratorio. El personal del archivo podrá sortear el patio mediante una pasarela que unirá ambos cuerpos.
«La arqueología nos obligó a cambiar el proyecto sobre la marcha eliminando un sótano», explicó Bau, por lo que en la parte trasera del cubo se habilitará un pequeño aparcamiento de carga y descarga que da a la calle Sant Bonaventura.
En el solar, durante la excavación, aparecieron estructuras de muros del segundo claustro de Sant Francesc y algunos pozos negros, por lo que la cimentación tuvo que ir «sorteándolos». «Teníamos 30 meses de plazo para hacer la obra y 12 ya se gastaron con la arqueología», añadió Bau.
Sergio de Miguel García, el arquitecto autor del diseño del nuevo Arxiu del Regne, que ganó un concurso público, comentó que la parte del edificio antiguo que se mantendrá, una crujía, «estructuralmente estaba en muy mal estado», por lo que en su interior se tuvo que «construir un esqueleto que la sujetara». Una vez finalizada la obra, ésta será la zona noble del conjunto, en la que se construirán un salón de actos y una sala de exposiciones.