Se acabaron las tensas esperas para los fans. Hacer esperar al público más minutos de la cuenta, antes de un concierto, es un error y en ello, desde hace un tiempo, coinciden promotoras y estrellas. Así que puntual, David Bustamante saltó anoche al escenario del Auditòrium de Palma para presentar Mío, su trabajo más personal.
Fiel a su estilo rockero, de riguroso negro, el cantante cántabro arrancó el espectáculo con Te propongo mi amor, del álbum A contracorriente. Frente a él, un auditorio repleto de seguidoras, en su mayoría, que desde el minuto uno se lanzaron al baile y a acompañarle en las letras.
Con una voz cristalina y amplia en registros, pero tan exaltada y temperamental como de costumbre, Bustamante, arropado por seis músicos, un escenario sencillo sin efectos ni luminosos y un sonido muy bueno, continuó con uno de sus temas más populares, Dos hombres y un destino. La respuesta llegó con el público en pie coreando su nombre. «Es sorprendente venir a Mallorca y recibir una bienvenida como ésta. Tenía muchas ganas de venir, ya sabéis que me gusta venir por estas Islas en verano, aunque lo malo de ir a la playa es que me tengo que sacar la camiseta y, claro, te hacen fotos y luego salen por todos lados... Así que este año iré a la playa en camiseta», bromeó el intérprete, que siguió el concierto con Miente y volvió a poner al público en pie con el tema Nunca es tarde.
Tras repasar otros sencillos, como Cobarde, Bustamante dejó la segunda parte del espectáculo para Mío, un álbum que contiene temas ricos en percusión con medios tiempos cálidos y baladas vibrantes, un material que en sus manos adquiere un relieve notoriamente personal, como demostró con Me salvas. También hubo momentos divertidos. Sus fans le cantaron ¡Cumpleaños feliz!, el domingo cumplió 30 años; e incluso se levantó la camiseta y mostró abdominales, con lo que ello supuso. ¡Imagínense! Todo un espectáculo, que tenía previsto poner su punto y final pasadas las once de la noche.