Las cuatro trabajadoras del Espai Mallorca de Barcelona, que habían acudido al juzgado de lo social de la capital catalana para resolver su situación con el Gremi d'Editors, gestor del centro, recibieron ayer con caras largas y tensión la noticia. La administración aplazaba el juicio hasta el 15 de mayo por un defecto formal.
La vista debía tratar demandas por incumplimiento de contrato y extinción del mismo. «El Gremi ha intentado suspender el juicio desde el miércoles, sin buscar soluciones», relató a la salida del juzgado, Jordi Vidal, abogado de las trabajadoras. Por otra parte, la letrada del Gremi, Susana Marimón, que no quiso hacer declaraciones, solicitó por teléfono a Vidal el aplazamiento un día antes del juicio.
Vidal manifestó que «no entiendo qué se gana con la suspensión del juicio un par de meses», y aclaró que «han alegado que faltaba un acuse de recibo de una resolución que acumulaba un procedimiento de despido tácito y de extinción, hecho que no significa que no hayan sido notificados». El abogado argumentó que «la idea ha sido siempre buscar soluciones para que el Espai siguiera pero no se han sentado nunca hablar con las trabajadoras y lo único que ha importado ha sido el dinero que implicaba al Consell, al Gremi y al Espai, sin pensar que detrás había personas con necesidades y deudas».
El letrado recordó que «ha habido un cese de la directora y se ha solicitado que se haga inventario», y contó que «es extraño que Miquel Ferrer, presidente del Gremi, no aparezca y no hable con las trabajadoras, en vez de ir mandando comunicados». A final de mes, la deuda contraída por el Gremi, a quien el Consell debe aún los 86.000 euros de 2011, con las cuatro trabajadoras ascenderá a seis meses de empleo. Cariacontecidas, las responsables del centro expresaron «un profundo sentimiento de indignación con el Gremi y con el Consell porque no les importa ni nuestro trabajo ni el Espai».