Fueron muchos los ciudadanos que ayer visitaron sa Llonja, que se abría al público por primera vez tras las obras de restauración. Durante la visita programada con motivo del Dia de les Illes Balears no se ofreció al público ningún comentario sobre este trabajo, que costó dos millones de euros, fue sufragado entre los gobiernos central y autonómico y finalizó poco antes de que comenzara la actual legislatura.
Durante la rehabilitación, que dirigió el arquitecto Pere Rabassa, se limpió la piedra de los muros interiores y exteriores; la parte superior del edificio gótico perdió el tejado a dos aguas, que era un añadido, y recuperó la terraza que, según la investigación de Rabassa, sería como la había diseñado el arquitecto Guillem Sagrera en el siglo XV.
La visita a sa Llonja se incluía en la del Consolat, por lo que apenas duraba cinco minutos. Además, la visión de su interior, diáfano, se veía interrumpida por el escenario utilizado la tarde anterior durante la entrega de la Medalla d'Or y los Premis Ramon Llull
La apertura de sa Llonja forma parte de un acuerdo firmado entre el Estado, el Govern y Cort para organizar, ayer y hoy, jornadas de puertas abiertas en edificios emblemáticos, fundaciones y museos en un programa cultural dedicado al arte al que hoy se unen las galerías de Palma alargando su horario hasta las 22.00 horas.