El Gremi d'Editors anunció ayer mediante un comunicado que «se ve obligado a renunciar a la gestión del Espai Mallorca [de Barcelona] y de Illa de Llibres [de La Misericòrdia]» y que «emplaza» al Consell y al Govern a que se «subroguen en todos los derechos y las obligaciones de los dos espacios y se garantice su futuro antes del 13» de este mes. En caso contrario, añaden en la nota, «nos veremos obligados a cerrar los dos espacios».
Joan Rotger, vicepresidente de Cultura del Consell, dijo ayer que se enteró de la noticia «por la prensa», que es «una decisión unilateral» y que «ya he pedido a la directora insular [Catalina Sureda] que se reúna con los editores porque queremos tener un espacio en Barcelona y en Catalunya para promocionar a nuestros creadores».
El Gremi señala que el Consell le «debe 86.000 euros correspondientes a la partida de 2011 destinada a pagar los gastos derivados del Espai Mallorca y de Illa de Llibres» y recuerda que el Govern, en 2011, «no convocó la subvención de 30.000 euros que daba al Espai Mallorca».
La situación económica del Espai es dramática y el Gremi ha sido denunciado por las empleadas, a las que debe dinero. El Espai lo gestiona el Gremi con dinero del Consell, institución desde la que fue impulsado hace 13 años, y antes contaba con aportaciones del Govern y la Generalitat. Los editores apuntan a que los «retrasos en el pago de las subvenciones» en los últimos años les obligaron a «pedir una póliza de crédito en La Caixa por 65.000 euros para pagar las nóminas de los trabajadores [del Espai] y los proveedores».
Precisamente, Rotger recordó que el Consell acaba de dar al Gremi 140.000 euros para pagar nóminas, y que «no sabía nada de esta póliza». De este dinero, el Gremi se quedó 86.000 euros porque dijo que era una partida que se le debía por la edición de libros de especial interés. Así las cosas, Rotger aseguró que sigue insistiendo «al Govern» para reconducir la situación del Espai. «Además se pidió a los editores un plan de viabilidad que no han aportado». Para Rotger, «el tema del Espai Mallorca no lo doy por cerrado».
Mientras, Isabel Cerdà, directora general de Cultura del Govern, dijo que «hay que buscar vías para reestructurarlo»
Por su parte, las trabajadoras del Espai Mallorca recibieron ayer con indignación el comunicado del Gremi. La directora del centro, Amanda Vich, declaró que «me parece una irresponsabilidad y un acto de cobardía», y señalo que «hay un claro paralelismo con el capitán del crucero Concordia porque cuando el barco se hunde y las luces se apagan, éste deja el barco y se aleja en un bote, dejándonos solas, sin actividades y sin cobrar».
Vich destacó que «desde que Miquel Ferrer preside el Gremi, el Espai ha entrado en decadencia y no hemos podido realizar las actividades», y añadió que «en ningún momento se han sentado con nosotras porque no ha habido intención real de solucionar los problemas». Vich recalcó que «hay que pedir explicaciones de los cien mil euros que iban dirigidos al Espai Mallorca y que han servido para saldar otras cuentas», y «pido al Consell que se pronuncie y tome medidas».