La figura de la pintora Pilar Montaner «es poco conocida para la relevancia que tuvo en su época». Ahora, un documental de Cinètica Produccions dirigido por Luis Ortas quiere divulgar la vida y la obra de esta artista que «refleja el cambio social del siglo XX». La pieza se titulará Pilar Montaner. La pintora sense rostre y contará con la participación de expertos, como la profesora de la UIB Carmen Bosch.
Ortas descubrió a Montaner en la exposición que el pasado año le dedicó el Arxiu de Can Bordils. Allí conoció, dice el cineasta, a «una mujer misteriosa y con mucho encanto», cuya «faceta artística fue potenciada por su marido, Joan Sureda; algo raro para la época», «cuando la mujer se debía al hombre», añade Elvira Sureda, nieta de la pintora. Entonces «la actitud social no era como la imaginamos hoy», comentan. «Era una época difícil, también para ser mujer. Era ama de casa, cuidaba a sus hijos, vivió Guerras Mundiales y la Guerra Civil... Vivió muchas cosas en una sola vida y, aunque no pudo dedicarse al cien por cien la pintura, la calidad de su obra es muy buena», dice Elvira Sureda. Quizá por eso su familia desearía que su trabajo «tuviera un reconocimiento mayor» y que «alguna institución o entidad se interesara por difundir la obra», que «está muy repartida en colecciones privadas».
El cineasta Luis Ortas reconoce que «me interesa también su personalidad, cómo fue como madre, la relación que tuvo con quienes les visitaban en su casa y también contar la opinión que escritores y artistas, como Sorolla o Rubén Darío, tenían sobre cómo era el matrimonio».
Pilar Montaner. La pintora sense rostre, que estará listo en marzo, contará con diferentes entrevistas y también con una parte de ficción, «recreaciones que permitirán ilustrar la correspondencia que vamos a utilizar». La familia de la pintora asegura que ésta es la parte más conocida de Pilar Montaner, «se han popularizado más las relaciones que tuvo con personajes de la época, que su trabajo como artista», que expuso en Buenos Aires y París. Fue antes de que llegaran los años más difíciles, marcados por la pobreza. Entonces su don artístico ya había sido admirado por aquellos que pudieron conocerlo en Mallorca, como Sorolla, Toni Ribas, Anckerman, Rusiñol, Anglada Camarasa, Toni Gelabert o John Singer Sargent.