Toda una institución en el ambiente del arte local, el galerista Joan Oliver, conocido como ‘Maneu', es un economista de formación que profesionalmente se ha realizado como galerista, algo que parece lógico si se conoce que es nieto del pintor Joan Fuster y que cuando era niño, no sólo respiró el olor del óleo y la trementina, sino que conoció a los pintores catalanes que recalaron en Mallorca expandiendo nuevas ideas, entre ellos Joaquín Mir o Anglada. Hoy, a sus 76 años, asegura que se va retirando de casi todos sus negocios, que desea jubilarse, -aunque sus allegados no le creen-, y confiesa que quiere abrir una librería de catálogos de arte. Además, este gran conversador, coqueto y con don de gentes tampoco abandonará otro de sus oficios, el de subastador, que le gusta mucho porque le permite desplegar simpatía, encanto y su conocimiento del arte y del negocio. Quien quiera comprobarlo lo podrá ver en su salsa el próximo martes 31, a las 20.00, en la sala de la calle Cecilio Metelo 6 de Palma, donde ha organizado la primera subasta de 2012.
-Vayamos de subastas. Tengo la impresión de que, en estos tiempos, sólo los grandes nombres de la historia del arte mantienen su cotización al alza.
-Bueno, sucede lo mismo que con la bolsa, que sólo dan beneficios las grandes empresas del Ibex, e incluso algunas están dando disgustos; o como con los pisos, son momentos en que sólo se salva el oro.
-Entonces, ¿el arte puede resultar una buena inversión o no?
-Sí, si sabes esperar a que las cosas mejoren. Si no tienes prisa en vender es una buena inversión, no paga el IBI y no necesita reparar las cañerías.
-¿Las ventas están animadas o decaídas?
-Actualmente ocurre que hay poco dinero y pocas ganas de comprar si no es a buen precio.
-Según su experiencia, ¿se vende más en la galería o en subasta?
-En la galería se vende poco y en la subasta se vende más porque se dan precios muy atractivos.
-¿De donde salen las piezas que subasta?
-Sobre todo de herencias, la gente se deshace de las herencias más que en otras épocas. Hoy las generaciones jóvenes tienen apartamentos más modernos y pocas ganas de limpiar tanto objeto.
-Hablemos de usted y de su relación con el arte.
-Pues entonces diga que la galería de arte contemporáneo la he dejado, sólo me queda la de clásico, donde quiero poner también una librería de catálogos de arte; que la sala de subastas también la he dejado y que ahora es de una sociedad, aunque seguiré ejerciendo de subastador, y que a mis 76 años quiero jubilarme, cobrar una pensión.
-Sabemos de su pasión por Miró. ¿Se atreve a decir qué artistas mallorquines actuales le gustan?
-Yo siempre digo que Miró es el artista del siglo XXI, porque era un avanzado a su época, y cada vez se le valorará más. Si hablamos de Mallorca y de artistas vivos, -exceptuando a Barceló, que sabía lo que quería y ha conseguido ser un artista universal-, para mí, el mejor es Rafa Forteza.