La sala de exposiciones del Palacio de los Virreyes en Barcelona acaba de inaugurar una exposición con una cincuentena de documentos sobre Pere el Gran, procedentes de una selección de originales conservados en la cancillería del Archivo de la Corona de Aragón. El montaje refleja la actuación política del soberano, las pugnas propias de la herencia de su padre Jaume I y la relación con su hermano Jaume II de Mallorca.
En la exposición destaca la Crónica o Llibre del rei en Pere e dels seus antecessors passats, de Bernat Desclot. La figura de Pere el Gran fue recogida en el Llibre dels fets de Jaume I y en la Crónica de Ramon Muntaner, que lo presenta como un rey guerrero, digno hijo de su padre.
«La figura y reinado de Pedro adquieren, pese a su brevedad, una relevancia especial por cuanto constituyen un punto de inflexión en la historia interna y externa de la Corona de Aragón», escribe en el catálogo de la exposición Carlos López, director del Archivo.
Hay que resaltar el pergamino con la asignación por parte de Jaume I al infante Pere de los reinos de Aragón y Valencia y el condado de Barcelona, y al infante Jaume de Mallorca, Montpellier, Rosellón, la Cerdaña, Colliure, el Conflent y el Vallespir.
Hijo de un rey conquistador, Pere el Gran se extendió fuera de la Península. La conquista de Sicilia fue el acontecimiento de mayor trascendencia de su reinado, con la consecuente crisis política y militar que afectó a toda Europa. Estableció alianzas con Portugal y Castilla, dejando claras las aspiraciones de su dinastía sobre Navarra. La exposición incluye la carta del rey Alfonso X de Castilla a Jaume I de Aragón desaprobando el matrimonio del infante Pedro de Constanza, y la declaración del rey Jaume II de Mallorca de tener sus reinos y señoríos en feudo de su hermano.
Es significativa la bula por la que el Papa Martín IV excomulga a Pere el Gran por la ocupación de Sicilia y por haberse proclamado rey. En otro pergamino se refleja la procuración otorgada por Jaume II de Mallorca para firmar una alianza con el rey de Francia.
Otros documentos se refieren a las revueltas nobiliarias contra Jaume I que implicaron al heredero. Los nobles catalanes y aragoneses se rebelaron contra la petición real de ir a la guerra para defender Castilla de los benimerines. Dos años más tarde, los sarracenos valencianos trataron de librarse de la opresión cristiana. El levantamiento fue disipado por el rey Pere.