Con un viaje fotográfico que recorrió la trayectoria musical y algunos momentos familiares de Bernat Pomar se inició ayer en la iglesia de Sant Marçal de sa Cabaneta un concierto en homenaje al violinista, pedagogo y compositor, que falleció el pasado 15 de diciembre en Palma.
Familiares, amigos, músicos y alumnos del maestro abarrotaron la parroquia para recordar a «este músico con mayúsculas», «sencillo, entrañable y excepcional», «el que más ha hecho por la educación de los músicos mallorquines en los últimos 25 años», comentaron durante el acto, que se celebró en el mismo espacio en el que desde hace 15 años Bernat Pomar despedía el año musical o daba la bienvenida al nuevo con un concierto con sus alumnos.
Ayer su método, ‘El meu violí', se mostró «más vivo que nunca». Un gran grupo de niños y niñas violinistas, coordinado por el colectivo de maestro, ofreció una muestra con la interpretación de cuatro pequeñas piezas. Le siguieron los solistas Núria Martínez, Clara Bausà y Jaume Gómez, acompañados al piano por Margalida Puigserver, mientras que bajo la dirección de Xavier Pericàs también actuó en su memoria la Orquestra Infantil Bernat Pomar.
Al homenaje asistieron la directora general de Cultura, Isabel Cerdà; la directora insular de Cultura i Patrimoni, Catalina Sureda; el alcalde de Marratxí, Tomeu Oliver; la coordinadora de Cultura de Cort, María José Massot; además del gerente de la Simfònica, Marcelino Minaya, y los músicos Serafín Nebot y Andreu Pol, entre muchos otros. Al inicio del acto, se comunicó el acuerdo de celebrar cada año un Concert de Nadal Bernat Pomar en la iglesia de Sant Marçal y se recordó que el próximo día 9 de febrero la Simfònica homenajeará al músico en el Auditòrium interpretando su obra Aquarius.
Durante el recital de anoche estaba previsto que también actuara el Grup de Cambra Bernat Pomar, así como el pianista Óscar Caravaca y el violinista Francisco García Fullana, que fue alumno del homenajeado. Además, se interpretaron conocidas obras de Pomar como Cant a la tolerància, Dansa de Mallorca, Diàleg entre dos violins o Magdala, así como Cant triste per la mort d'un bou o L'auba, que se encargó de cerrar este sentido y merecido tributo.