Dos autores mallorquines acapararon el 52 Premi Sant Jordi de novela, dotado con 60.000 euros a la obra ganadora y 10.000 a la finalista, que se entregó ayer en el Auditori de Barcelona durante la 61 Nit de Santa Llúcia. Sebastià Alzamora (Llucmajor, 1972) se llevó el máximo galardón con Crim de sang y Joan Mas Vives (Maria de la Salut, 1951) fue segundo por Kabul i Berlín a l'últim segon .
« Crim de sang es un thriller que recrea un episodio histórico sucedido al inicio de la Guerra Civil, entre agosto y septiembre (del año 1936), con las matanzas de religiosos de Barcelona», explicó ayer Alzamora, quien recordó que «la orden de los Maristas se puso en contacto con los anarquistas y se negoció su salida a Francia a cambio de 200.000 francos franceses y poder salvar la vida, pero después se produjo la traición».
A partir del hecho histórico, el autor, que teje un relato sobre el límite del mal, precisó que «en ese contexto sucedió el crimen de un niño y despertó las sospechas de un comisario de policía que se dio cuenta de que no se trataba de un crimen de guerra». Si en la novela anterior, Miracle de Llucmajor , el escritor se decantó por la comedia, ahora prefiere la tensión propia de la novela negra. «Me gusta entrar y salir de los géneros y prefiero evitar las fórmulas», mantuvo Alzamora, quien confesó que «la novela contiene ciertos elementos góticos y la idea de recrear las atmósferas del XIX y del XX, y el mundo de la imaginería expresionista, y es en parte un homenaje a autores como Joan Perecho, Allan Poe o Henry James».
Se da la casualidad de que Joan Mas y Vives fue profesor de literatura de Alzamora en la Universitat de les Illes Balears. En Kabul i Berlín a l'últim segon , el docente concreta la historia de tres amigos mallorquines que comparten la infancia en el mismo barrio y que siguen trayectorias personales y profesionales muy diferentes: el periodismo, el deporte y la carrera militar.
«Es una novela de acción y de estudio de personajes», avanzó Mas, quien declaró que «el militar me sirve para tratar los conflictos contemporáneos que mantienen un ritmo vertiginoso, el jugador de baloncesto vive un trauma familiar y me permite confrontar la relación que existe entre lo público y lo privado, mientras que el cronista deportivo esconde la ambición y querría ser el centro de la gran crónica».
Los galardones los convoca Òmnium Cultural y Fundació Enciclopèdia Catalana. Ambas novelas salen en febrero en Proa.