Desde su creación, hace ahora un año, la productora de servicios y asistencia de rodajes Orange Valley se había dedicado exclusivamente a la producción de publicidad a escala mundial. Ahora, la empresa se ha lanzado al terreno de la ficción coproduciendo el filme danés The Stranger Inside, cinta de corte independiente que protagoniza el hollywoodiense William Baldwin. Uno de sus responsables, Fulgencio Coll, nos habla de esta nueva etapa de Orange Valley.
-¿A qué se dedica Orange Valley?
-Es una productora de servicios que se dedica a proyectos de cine y de publicidad. Hace un año empezamos a gestionar rodajes de publicidad. Facilitamos y damos un servicio completo a una productora de cine o a una agencia de publicidad para rodar aquí, con equipamiento humano, permisos de localizaciones, vuelos, alojamiento, etc. The Stranger Inside es nuestra primera película.
-En sus inicios, se dedicaba exclusivamente a la publicidad, ¿verdad?
-Empezamos sólo con publicidad, que es de donde venimos todos los que componemos Orange Valley. Fue a raíz de tentaciones de directores, que nos preguntaban porqué no hacíamos cine. Nuestro interés surgió desde la estructuración de la Mallorca Film Commission, y la implicación institucional del Consell o el Ajuntament de Palma para atraer rodajes.
-¿Cómo convencieron a la productora danesa para traer aquí el rodaje de The Stranger Inside?
-No hizo falta venderles la Isla como plató, lo tiene todo. Las ayudas de la Mallorca Film Commission fueron un punto muy importante. Ellos tenían otra localización en mente, Tenerife. Tuvimos que superar su oferta, era la clave.
-¿Qué incentivos ofrece la Isla para atraer rodajes?
-Aquí no hay incentivos fiscales, sólo institucionales por parte del Consell que, en base a un estudio de las cuentas y del gasto de la productora aquí, a ésta se le devuelve entre un 10 y un 15 por ciento para incentivar. Los incentivos de la Mallorca Film Commission y del Consell van orientados al objetivo de atraer rodajes en tiempos de temporada baja, lo que es muy positivo.
-¿Qué le falta a la Isla para convertirse en un escenario ideal?
-La Isla necesita un industria potente para consolidarse como plató de cine, y que acoja un rodaje o dos al mes. Pero vamos por buen camino, ya que desde que está funcionando la Mallorca Film Commission se está consiguiendo. Además, aquí tenemos equipos de última tecnología, lo más puntero.