La gala de los Premis Escénica de Teatre i Dansa se convirtió ayer en un funeral, que casi dos horas antes había comenzado en es la Plaça de la Reina con una comitiva fúnebre de un centenar de actrices y actores camino del Teatre Principal. Duelo y luto por el teatro, muy dolorido por los recortes, con corona sin flores, que depositaron al llegar en el lugar preparado para un glamuroso photocall que no llegó a materializarse. Aunque se suponía que el sector celebraba su fiesta, el ambiente fúnebre no estaba para alegres posados. Pero la cita era para una entrega de premios y el montaje Malasombra salió vencedor con cuatro premios, seguido de Algú que miri per a mi , con tres.
La reivindicación por el teatro, presente a lo largo de toda la noche desde el escenario con frases como: «No mateu el teatre», «no mateu la cultura», «No le dejéis morir», recordó aquella otra gala que pasará a la historia con las voces de un gremio hermano, el del cine, la de los Goya de 2003 y el No a la guerra . Ayer, el motivo de la protesta fueron los recortes para las artes escénicas en particular y la cultura, en general, bajo el lema: «No mateu la cultura, ja heu matat el teatre», aderezado con un lazo amarillo que la mayoría lucía en la solapa. En la platea, las autoridades resistían con cara de circunstancias. El vicepresidente de Cultura del Consell, Joan Rotger, había dicho antes de entrar que no tenía «miedo» a lo que pudiera suceder cuando comenzara la gala. Rotger opinó que las protestas y reivindicaciones debían ir dirigidas a los políticos de la anterior legislatura «por su mala gestión», y Margalida Moner, gerente del Principal, comentó que «hubiera acudido» al funeral si la hubieran invitado.