Desde la más tierna infancia del dramaturgo Tennessee Williams, criado en un ambiente religioso y autoritario, hasta sus últimos días de decadencia, que acabaron con la aparición de su cadáver en la habitación de su casa. Así se desarrolla la obra de teatro Tennessee , un monólogo del actor catalán Martí Peraferrer, quien se mete en la piel del escritor para destapar «los traumas y las pasiones» del autor. El montaje se puede ver desde ayer en el Teatre Principal de Palma.
La obra está basada en las memorias del propio Williams, «un libro que descubrí por casualidad, y quedé prendado de él», confiesa Peraferrer, quien personifica al dramaturgo en este espectáculo que supone la segunda parte de «una trilogía de personajes». La primera, estrenada el año pasado, sobre el Van Gogh, se saldó con gran éxito. En esta nueva entrega, «quería un personaje dificultoso, con muchos registros», matiza.
«La incompresión y la dinámica autodestructiva» de Williams, un autor que «no encajó en el ambiente y en la hipocresía hollywoodiense de su época», atrapó a Peraferrer, quien asegura: «Me siento identificado con su filosofía de vida. Cómo él decía, pase lo que pase, lo que importa es vivir. El espectador descubrirá facetas de Williams que no conocía».