Desde el pasado día 29 de junio, los motores que sujetan la cámara acústica del escenario del Teatre Principal están clausurados. ¿El motivo? Que dos de ellos se precipitaron «en caída libre» desde varios metros de altura. Fue al día siguiente del último concierto de temporada ofrecido por los coros de la Fundació Teatre Principal, cuando los técnicos procedían a desmontar los paneles de madera que conforman dicha caja acústica, un elemento que se utiliza para las actuaciones musicales. Ahora, tanto el teatro como la Inspección de Trabajo investigan las causas del accidente.
Según pudo saber este diario, los motores, que ruedan sobre rieles, «se precipitaron uno tras otro». Quedaron colgando a unos centímetros del suelo. Aunque entonces no hubo que lamentar daños personales, el anterior gerente del Principal, Guillem Roman, ordenó «clausurar» dicha cámara acústica y «atar» todos los motores elevados, que ahora están inutilizados.
La pasada semana, la Inspección de Trabajo se interesó por el accidente y, de acuerdo con los trabajadores y la empresa, iniciará su propia investigación sobre el mismo y enviará a sus técnicos al teatro. Fue durante el careo que tuvo lugar para esclarecer la denuncia por daños psicosociales interpuesta por los empleados contra la nueva gerente, Margalida Moner, aunque en este asunto todos aunarán esfuerzos. ¿Qué les sucedió a los motores? Pues, según fuentes de UGT, «puede ser un fallo del aparato o que provenga de las deficiencias detectadas tras las obras de reforma». El teatro tiene que contactar con el fabricante y el diseñador para saber si los motores «cumplen la normativa, si están homologados». Todo «está en marcha», aseguran desde el sindicato, «pero esto no tenía que haber sucedido» ya que en un teatro «todo tiene doble nivel de seguridad».