Puede que estuviera ausente, pero Roman Polanski hizo que su presencia se sintiera ayer en el Festival de Cine de Venecia con su comedia Un dios salvaje , que protagoniza la ganadora del Oscar Kate Winslet. La que si viajó a la ciudad italiana fue Madonna. La ambición rubia presentó su segundo largometraje como realizadora, fuera de concurso y que lleva por título W.E .
Rodada por Polanski en un apartamento en tiempo real, Un dios salvaje parece una obra de teatro en la pantalla grande, algo que algunos críticos le han reprochado. Pero la reacción general en la proyección para la prensa fue positiva. Uno de los momentos que causó grandes carcajadas en la platea fue el vómito de Winslet. La actriz, que interpreta a la broker Nancy Cowan, consiguió la mayor ovación por dicha escena sobre la pantalla, una experiencia que después describió como hilarante.
El filme fue escrito por el cineasta franco-polaco mientras estaba bajo arresto domiciliario en Suiza, durante el año pasado.
Por su parte, y como si de uno de sus videoclips se tratara, Madonna destapó una muy coreografiada y musical segunda película como directora, todo un canto a la liberación femenina.
La reina del pop, cuya vida está llena de romances y fracasos sentimentales, pone imágenes a la historia de la estadounidense Wallis Simpson, cuyo amor por Eduardo VIII le llevó a éste a abdicar al trono inglés en 1936 y a quien plantea como ejemplo de búsqueda de la felicidad femenina.
W.E. , producción británica que fue acogida con pocos aplausos por la prensa al final de su proyección y que incluye al personaje de Mohamed Al Fayed como secundario, cuenta con los actores Andrea Risenborough (Wallis Simpson), Abbie Cornish (Wally Winthrop), James D'Arcy (Eduardo VIII) y el guatemalteco Oscar Isaac.