Trilla, toná, martinetes, seguiriya. El bailaor sevillano Juan Manuel Fernández 'Farruquito' ha rebuscado en sus coreografías para rescatar los fragmentos más íntimos de su repertorio. Así nace Esencial, un espectáculo retrospectivo que reivindica el regreso a los preceptos clásicos del baile. Y es que todos los sedimentos que arrastra la potencia de su arte desembocan en el mismo mar: el flamenco que no entiende de alianzas, el puro y genuino que declina ser combinado con ningún otro tipo de danza para no perder su don más preciado, la esencia. El sevillano presentará su show este viernes, a las 22.00, en Trui Teatre.
-¿Qué importancia da a las críticas que hacen de su trabajo?
-Las tomo desde el lado constructivo, me sirven para mejorar.
-¿Qué puesto ocupa actualmente el flamenco en el circuito internacional de danza?
-Está en un buen momento, creo que es digno merecedor de ocupar este estatus. El flamenco posee una riqueza cultural y musical lo suficientemente grande como para proyectarse a nivel internacional, llegará un día en el que una guitarra y un bailaor llenarán estadios.
-¿A nivel profesional se ha sentido alguna vez incomprendido?
-Gracias a Dios no.
-¿A qué renuncia para estar en forma para desarrollar su arte?
-A alguna comida y a salir más a menudo por la noche con los amigos.
-Vive de una profesión en la que todo el mundo parece obsesionado con guardar las formas, en su caso ¿suele medir mucho las respuestas?
-Soy bastante natural, no tengo especial cuidado en guardar las apariencias, me gusta ser sincero en mis respuestas.
-¿Cómo ve las subvenciones destinadas al mundo del flamenco?
-Nunca he recibido una subvención del Gobierno, y eso que las he pedido.
-¿Existe algún tipo de rivalidad entre las principales figuras del baile?
-No, somos buenos compañeros, el flamenco no es una competición, por lo tanto no hay piques de ningún tipo. Cada uno tenemos nuestro propio estilo, hay sitio para todos.
-¿Qué ingredientes convierten al flamenco en un plato tan codiciado fuera de nuestras fronteras?
-La emoción, la alegría y la experiencia de vivir algo único.