Berto Romero, partenaire de Andreu Buenafuente durante los últimos cuatro años del espacio televisivo Buenafuente , y fino analista de la comicidad que hunde sus raíces en los aspectos cotidianos de la vida, presentará hoy, a las 21.30, en el Trui Teatre de Palma, La apoteosis necia . Se trata de un vigoroso show que transpira genialidad por los cuatro costados, en el que aplica a fondo su vis cómica para airear sus desgracias personales en el terreno familiar, amoroso y laboral.
Los referentes cotidianos desembocan en una explosión de humor con efectos catárticos. Tratándose de un show con una trastienda amarga, la primera pregunta resulta evidente: ¿Es bueno aprender a reírse de uno mismo? «Si, por supuesto. No sólo es bueno, sino útil y necesario y, por cierto, un recurso bastante clásico en la comedia de la tragedia», explica el catalán. Hablando de tragedias y de cómo sacarles punta sobre un escenario, le pregunto si se reconoce en la figura del antihéroe, una sombra que planea a lo largo y ancho de su espectáculo. «Claro, los humoristas acostumbramos a tener un físico poco agraciado, lo de antihéroe es una consecuencia lógica ya que al público le gusta identificarse con el perdedor, es agradable de ver, pero no de vivir. Por otra parte, imagina que yo fuera Eduardo Noriega, no resultaría creíble y, por lo tanto, tampoco haría gracia», argumenta. La apoteosis necia lleva nueve temporadas ininterrumpidas recorriendo el país, tiempo en el que ha sufrido pequeñas variaciones y pulido aristas; pese a ello no contempla espacio para la improvisación, «es algo que conlleva mucho riesgo, te puede salir bien o puedes meter la pata estrepitosamente, lo que sí me gusta es jugar con la falsa improvisación».