Falta menos de un mes para el 23 de abril, día de Sant Jordi, y los editores ya empiezan a presentar las novedades literarias de la temporada. En Palma, el objetivo parece ser diferente. El Gremi d'Editors no realizará una campaña para promocionar los nuevos lanzamientos, sino que sacará a la luz libros de su fondo con tal de fomentar la lectura en cualquier ámbito. Así lo comentaba ayer el presidente del gremio, Miquel Ferrer, junto a la butaca que instalaron frente al Ajuntament de Palma. Se trata de la primera acción de la campaña Llibres fora! , con la que pretenden «acercar los libros a la gente».
Ayer, turistas y viandantes paseaban sorprendidos al encontrarse con una estantería de libros colocada en la Plaça de Cort. Los más valientes preguntaban a los organizadores qué era lo que estaba ocurriendo en este inusual escenario, o si los libros eran gratis. Incluso algunos -pocos- se atrevieron a sentarse en la antigua butaca y posar para la foto. El objetivo estaba cumplido, según Ferrer. «La intención es llamar la atención de los ciudadanos, tanto de los que son lectores como de los que no lo son», añadió.
Tanta fue la atención que acaparó el Gremi en Cort, que incluso recibieron la visita del policía municipal de guardia, quien se percató de lo que allí estaba ocurriendo y no dudo en acercarse para pedirles los permisos pertinentes del Ajuntament para poder instalar el stand en la plaza. Es más, la autoridad reclamó que la regidora de Interior no estaba informada.
Sorprende que, media hora antes, Nanda Ramon, concejala de Cultura de Cort, se hiciese la foto oficial en la parada de libros, pero se olvidase de llevar los permisos pertinentes. Al final, este hecho terminó sin consecuencias y los editores pudieron continuar informando sobre la campaña Llibres fora! , tanto en Cort como en la Plaça d'Espanya, donde colocaron otra 'parada' de libros.
Este programa para fomentar la lectura, que tendrá continuidad hasta el próximo 23 de abril, continuará hoy con los mismos stands y los más de 500 libros que, desde ayer, el Gremi d'Editors ha comenzado a repartir por el centro de Ciutat. Colgado de un árbol, en una cabina o en un portal abandonado, los libros esperan nuevos lectores.