Los E-book no han terminado de cuajar entre los usuarios del Club de Lectura que utilizan por primera vez este formato, desde el pasado 23 de febrero, en la Biblioteca Can Sales de Palma. Su coordinadora, María José García Mulas, explica que los mayores inconvenientes del libro digital son «la mala calidad de algunas traducciones y las faltas de ortografía». Algunos de los miembros del Club confirman la mala acogida de esta herramienta aunque, por otra parte, si le ven una función más didáctica que literaria.
Can Sales, como ya adelantó este periódico, fue una de las primeras quince bibliotecas del Estado en recibir una partida de E-book por parte del Ministerio de Cultura. «De momento, el Club no volverá a usarlos, no por culpa del soporte, sino por la calidad y la oferta de los libros que están dentro de la memoria», señala García Mulas, quien cree que «quizás sea porque es un instrumento demasiado novedoso y la gente está muy acostumbrada a tener su libro». Además, con el libro electrónico «la compaginación es más complicada para seguir un orden como grupo y, por otra parte, se pierde la connotación emotiva que tiene el formato clásico en papel, una emoción que no se puede reemplazar por un aparato electrónico».
El jugador, de Dostoievsky, ha sido el título elegido para estrenar este nuevo formato que no ha calado entre los usuarios de este club como, por ejemplo, Rosa Sancho. «No me gusta», confiesa esta lectora: «Me encantan los libros, las ilustraciones, las tapas, el olor... Con el libro electrónico me falta la ilusión y la emoción». Lo mismo piensa Francisca Ramis, quien explica que «yo ya tenía un E-book, pero nunca lo he utilizado. Las traducciones no son muy fiables».
A pesar de preferir el libro tradicional, a algunos usuarios no les ha parecido tan mala idea la inclusión del E-Book en el Club de Lectura. «Da flexibilidad y riqueza a la lectura», indica Mercedes Escales. «Lo mejor del Club es el enriquecimiento cultural y la conexión entre nosotros», concluye.