Carla Pires lidera la nueva hornada de jóvenes intérpretes del fado contemporáneo. Su voz, segura y bien timbrada, se hizo un hueco en esta escena de origen tabernario tras la publicación de Ilha do meu fado (2005), álbum donde la intérprete lusa traza un colorido recorrido a través del fado tradicional desde una óptica evolucionista. Pires le canta al amor y a los giros crueles del destino, haciendo hincapié en la melancolía, «el fado es una música triste pero muy espiritual» asegura. Tres años después de su última visita, regresa al Auditòrium de Palma para aunar tradición y modernidad y aprovechará para adelantar las canciones de su próximo álbum.
Pires alterna su presencia sobre el escenario con la grabación de una serie para la televisión portuguesa, «son dos profesiones diferentes y parecidas al mismo tiempo, sobre el escenario puedo aplicar los conocimientos adquiridos frente a una cámara, y viceversa», desvela.
Apartado del haz de estilos más populares, el fado resucitó a manos de la nueva vanguardia de fadistas, entre los que destaca Pires, quienes insuflaron aire en su cuerpo moribundo justo cuando su índice de aceptación desfallecía, «el fado necesitaba una urgente modernización si queríamos que trascendiera fuera de Portugal, ha sido necesaria toda una generación de intérpretes jóvenes para reactivar su presencia en el resto del mundo».
Carla Pires. 26 de febrero, alas 22.00 horas, en el Auditòrium de Palma. 28 euros.