Ha sido un largo camino. Cuando No Children publicó Reality parecía que nada podría detenerlos. Era 2004 y el hardcore melódico, cuya bandera habían ondeado desde su formación en 199, pasaba por un momento de sorprendente popularidad a nivel nacional, pero, a punto de publicar su tercer largo, dieron marcha atrás. Tras cinco años de espera, el grupo presenta Souls on Fire, publicado por el sello británico Atticus Black.
Es un álbum en el que dan un giro inesperado a su música y demuestran que el parón no ha hecho mella. «Ha habido momentos duros, momentos en que incluso nos hemos planteado el futuro del grupo», explica Marcos Escoriza, cantante y guitarrista, acompañado durante la entrevista por el bajista Edy Pons.
-¿Qué ha sucedido durante estos cinco años?
-Marcos Escoriza: Ha habido un poco de todo. El álbum estaba casi acabado, pero empezamos a componer nuevas canciones que nos gustaban más. El disco debe ser la imagen de una banda. Cuando llegó el momento de publicar el tercer álbum nos dimos cuenta de que lo que habíamos grabado era como un grandes éxitos con los mejores temas que habíamos ido componiendo.
-Edy Pons: Escuchábamos los temas por separado y nos encantaban, pero había algo que no funcionaba en conjunto. No había manera de decidir un orden. En cambio, este disco es como una historia, está todo dentro, aunque todas sean diferentes entre sí, hay algo que las cohesiona. Los temas nuevos son muy diferentes a lo que habíamos hecho hasta ahora. Nos motivaba más seguir esta dirección.
-De hecho, el álbum supone un giro sorprendente, alejándose del hardcore melódico que hasta ahora había desarrollado el grupo.
-E. P.: No es que huyéramos de eso, pero sí es cierto que nos apetecía hacer otra cosa. De todas maneras, cuando estamos juntos seguimos escuchando los mismos discos: NoFX, Lagwagon... No renegamos de nada, simplemente hemos añadido nuevas influencias.
-M. E.: Ahora mismo dentro del grupo todos escuchamos mucha música, y eso también se refleja en el disco. La idea era dejarlo fluir, sin preocuparnos excesivamente de a qué sonaban las canciones. En cinco años cambian muchas cosas: hemos madurado, personalmente y en la forma de componer.
-¿No tienen la sensación de que, tras cinco años, publicar este álbum es como volver a empezar de cero?
-E. P.: En parte sí. A la gente de la Isla habrá que recordarles que existimos. La idea ahora mismo es volver a tocar tanto como podamos.
-M. E.: En enero acabamos la promoción del disco y, a partir de entonces, la idea es echarnos la manta a la cabeza, especialmente por Europa, Estados Unidos... También nos apetece mucho tocar en Asia y en Australia, donde nunca hemos estado.