La crítica respaldó en el reciente Festival Internacional de Cine de San Sebastián la película Pa negre del mallorquín Agustí Villaronga, basada en la novela de Emili Teixidor sobre el despertar de la conciencia en un niño en plena posguerra española. La película se estrenará en Palma el próximo viernes en la Sala Augusta con presencia del director y actores.
-¿Cuáles fueron sus primeras sensaciones después del pase de Pa negre en San Sebastián?
-Fueron muy buenas. En uno de los pases, la prensa nos aplaudió, algo que no se hace nunca. Los periodistas nos entrevistaron con interés y respeto. La película se perfilaba como favorita. Esperábamos algo y fue una pequeña decepción, aunque estuvimos muy contentos con el premio a Nora Navas [Concha de Plata por la mejor interpretación femenina].
-¿Cuáles son sus expectativas?
-Me gustaría que la película gustase al público y que fuera más mayoritaria que otras que he hecho con temáticas más extrañas o enfermizas. Esta película tiene un componente duro porque habla de una época difícil, pero te puedes identificar fácilmente con sus personajes.
-¿Es en la necesidad de llegar a más público donde se sitúa en estos momentos de su carrera cinematográfica?
-Suelen etiquetar mi cine como de autor, pero yo no me siento así. Tampoco soy un mercenario y tengo mi personalidad, pero yo trabajo por encargo. Lo que está claro es que siempre trato de conducir los proyectos a mi terreno, a mi forma de pensar y de ver el mundo.
-¿Cuáles han sido las mayores dificultades en el rodaje?
-Ha sido el rodaje más maravilloso que he vivido porque fue una comunión de todo el equipo. Ir a trabajar se convirtió en algo agradable durante ocho semanas.
-¿Cómo consiguió crear esta unión entre actores muy reconocidos, como Sergi López, Eduard Fernández o Laia Marull, y otros mucho menos populares o incluso desconocidos?
-Me enfrenté de una manera muy normal. Creo que es un acierto que los secundarios sean actores muy buenos y los protagonistas estén en manos de personas que puedan defender su personaje pero que, a veces, conviene que aporten un aspecto fresco.
-La novela tiene un cierto tono opresivo. ¿Cuál es el que veremos en su película?
-Básicamente, es un melodrama, un drama de sentimientos. Pasan dos o tres cosas muy fuertes, pero la mayor parte incide en aspectos personales. Una guerra es como un terremoto, lo desestabiliza todo a nivel social y familiar.
-¿Qué vigencia tienen los hechos de la posguerra?
-La gente muy joven ya vive lejos del conflicto. Nuestro conflicto fue fratricida y, en ese sentido, a veces se toman posturas muy radicales a nivel político de personas muy próximas. Hay discursos tremendos que parecen poner a las personas contra las cuerdas. Pa negre no habla de vencedores y vencidos, trata de la humillación y explica cómo los hechos acaban socavando en la moral y en los ideales, en la ética individual que se resquebraja. Una situación así también pasa en el mundo de la inmigración, con toda una serie de renuncias.
-¿Cuál es su nuevo proyecto?
-Una miniserie sobre el viaje de Eva Perón a España en 1947. El enfoque parte de tres mujeres: Eva Perón, Carmen Polo y Juana Doña, la última condenada a muerte, esposa del líder de las juventudes comunistas en Madrid, fusilado en el '41. Ella atenta contra la embajada Argentina coincidiendo con la llegada de Eva Perón a España. La condenan a muerte y Eva Perón intercede, creando un conflicto a nivel diplomático. Son tres mujeres muy diferentes a la sombra de sus maridos.