La artista Alicia Llabrés (Palma, 1965) recupera una cita de un pensador griego, «Nacer es llegar a un país extranjero», como carta de presentación de su última obra que inaugurará mañana en la galería Altair de Palma con motivo de la Nit de l'Art.
La pintora juega en sus lienzos con el fondo, en su mayoría negro, y las figuras, casas mallorquinas blancas, «con el pretexto de hablar de los límites», de cómo éstos pueden ser transgredidos o respetados. «Si los límites están marcados, uno también puede decidir qué hacer con ellos».
La figuración y la abstracción conviven de forma natural en los paisajes urbanos de Llabrés, quien sostiene que, volviendo a mirar su país como si volviera a nacer y conociendo lo que hay fuera, uno comprende mejor su cultura. En esa reconstrucción, en esa nueva lectura, la artista no se marca pautas. «Cuando pinto, no trato de hacerlo todo a la primera. Los errores, las imperfecciones me aportan nuevas ideas», explica y puntualiza: «Parto de una idea, no del resultado. Si no me aburriría». Así, Néixer és arribar a un país estranger es una obra muy racional y a la vez «todo es intuitivo». Alicia Llabrés se desprende en esta muestra de los paisajes árabes que han protagonizado sus anteriores obras y reinterpreta el balear en una serie de óleos de grandes contrastes que podrán verse durante los próximos dos meses en Palma.