En una sola jornada se recogía esa aún joven pero sólida historia del Certamen Jazz Palma Comercial. Con los tres ganadores de cada una de sus ediciones, Skunk Kinteto, My Friend Marko y Enjhambre, la velada prometía un gran nivel musical. Predicciones que fueron convirtiéndose en aciertos a medida que fue avanzando esa larga cita de más de cinco horas tupidas de buen jazz, de corte moderno y de impecable ejecución que tuvo lugar en el solárium de Son Sant Joan.
Desde aquella primera edición, las correrías de Skunk han demostrado ser de lo más fructíferas. La cohesión del grupo, con algún cambio en la formación, resulta más sólida y, con el tiempo, ha ido ganando enteros. Una gran formación que demostró sobre el escenario el fruto de tomarse eso del jazz en serio.
Con My Friend Marko echamos de menos a su pianista Marco Mezquida, nada que decir en menosprecio de su sustituto, por supuesto; pero, al fin y al cabo, se trataba de una parte esencial de ese trío que no dejó de mostrarse compacto e imaginativo, manteniendo en todo momento el gran nivel que se iba cocinando sobre el escenario.
Por la cronología del festival, la misma con la que con lógica se iba desarrollando la velada, a Enjhambre, últimos ganadores del certamen, los sentimos más próximos. La misma música de fusión de un jazz mestizo y flamenco.
Pero en esta cita aeroportuaria, no solo se barajaron pretéritos de una vivacidad y presente absolutos, sino que también tendría su connotación de futuro. Y no sólo por presentar el programa de su cuarta edición, sino por incluir al ganador de la última edición del Festival de Getxo. Wierba And Schmidt Quintet materializó ese espíritu de una convocatoria que desea, debiera y merece, seguir su andadura sea quien sea que se posicione en el poder público. Ah! Por cierto, el solárium del aeropuerto constituye un enclave acústico y visual sorprendentemente idóneo, y no debería de desaprovecharse. Tomen debida nota.