El escritor Baltasar Porcel, fallecido hace poco más de un año en Barcelona, vivía en Valldoreix desde 1989, una población de carácter residencial que forma parte de Sant Cugat. Por ello, el alcalde del municipio, Lluís Recoder, entregó ayer a Maria Àngels Roque, viuda del novelista, la Medalla de Honor de la ciudad a título póstumo, en un acto que contó con responsables de todos los partidos políticos y la asistencia de Oriol Izquierdo, director de la Institució de les Lletres Catalanes.
«Baltasar Porcel tenía una mirada de gran estima hacia su país», apuntó Roque, quien recordó «su gran compromiso con los temas locales». La antropóloga rememoró «el día que hizo poner un semáforo en Valldoreix», y desveló que «la última conferencia pública tuvo lugar en el Casal de Valldoreix, quince días antes de su muerte».
La entrega de la medalla a Roque, en presencia de sus hijos, Alexandre y Violant, vino precedida de la lectura, por parte de Josep Maria Vallés, director del diario de Sant Cugat, de un artículo que Porcel tituló Cataluña y Estado .
El alcalde Recoder manifestó que «ha llegado el momento de que Sant Cugat reconozca a una de las personas ilustres que escogieron vivir en nuestra ciudad», y rememoró: «En el pregón que pronunció en 2000, Porcel destacó que ciudades como Sant Cugat tienen un papel importante en el futuro de Europa».
Xavier Escura, concejal de CiU, precisó que «Porcel llevó a cabo una defensa sincera y contundente de la cultura catalana desde una posición de independencia, lo que incomodó a algunos».