Tras hacerse oficial el registro de Palma como candidata a Capital Europea de la Cultura 2016, Hubert Georg Feil, promotor de la iniciativa, presentó ayer las primeras pinceladas de un proyecto que, si resultase escogido, supondría una inversión de entre 40 y 60 millones de euros en las Islas. El 30% correría a cargo de las instituciones de Balears, mientras que el resto se repartiría entre el Ejecutivo central, la Comisión Europea y patrocinadores privados.
El promotor y empresario estimó que la designación creará «hasta 4.000 empleos» y podría generar «más de 800 millones de euros de beneficio».
Esta propuesta de carácter privado -no cuenta con apoyo institucional-, se recoge en un libro bilingüe, en inglés y castellano, que la organización presentó ayer y que servirá de carta de presentación para la reunión con el Comité de Selección prevista para los días 28, 29 y 30 de septiembre.
Ya en octubre, los trece miembros del jurado anunciarán qué ciudades son las finalistas, mientras que la ganadora definitiva será proclamada el próximo julio de 2011.
Hasta la elección de las finalistas, la organización comenzará una primera fase de desarrollo que comprende «la creación de un presupuesto claro y definido, la estructura de la organización y un enfoque más artístico», centrándose «en la ciudad de Palma y la isla de Mallorca», añadió el promotor. Si Ciutat resultase ser finalista, trabajarán en una segunda fase que «englobará a todo el archipiélago». El «reto» del promotor es contar con el apoyo del Ajuntament de Palma, el Govern balear y el Consell de Mallorca, aunque éstas dos últimas ya han mostrado «señales positivas».
Si Palma resultase designada, se desarrollaría un programa que incluye, entre otros, conceptos como la «sostenibilidad y la conciencia ecológica» y la construcción de un teatro que se dedicará exclusivamente a la representación de musicales, impulsado por el compositor Andrew Lloyd Webber, padrino de la candidatura.