Fue uno de los triunfadores de la pasada revetlla de Sant Sebastià y por donde ha pasado con la gira de presentación de su último Heavenly Hell ha sembrado nuevas vocaciones y sold outs. Su Myspace y Facebook siguen recibiendo felicitaciones tras su paso por el festival SOS de Murcia. Desde hace un año, cuando Universal publicó su primer disco bajo el paraguas de un sello discográfico, el cuarto si contamos sus anteriores trabajos en su propia Dreamville Records, Luis Alberto Segura se ha acostumbrado a que (casi) todo le vaya bien. A punto de publicar nuevo single, tercero ya, de un disco al que todavía le queda recorrido, L.A. actúan hoy en Palma.
-¿Sorprendido de lo bien que están yendo las cosas con el disco y la gira?
-Sí, pero también es cierto que, a nivel de simple aficionado a la música, sé distinguir un buen disco. Tanto yo como Toni Noguera, el productor, estábamos convencidos de lo que estábamos haciendo. Era un disco predestinado a gustar, en mayor o en menor medida. Si te fijas, la gente que viene a nuestros conciertos es muy diversa. Tenemos un público muy heterogéneo.
-¿Cómo mantiene los pies en el suelo cuando la ola lo lanza para arriba?
-Por suerte, no nos creemos nada más de lo que somos: un grupo de música que sale ahí a tocar. Además, ya tenemos cierta edad y nos tomamos las cosas con más serenidad. Todavía nos sorprende que alguien nos pida un autógrafo.
-Todo eso sucede después de años de dedicación, tocando tanto como fuese posible, picando piedra...
-Nunca ha tenido esa sensación de estar picando piedra hasta ahora. Quizás porque hacía lo que más me gusta en este mundo. De hecho, L.A. era mi proyecto paralelo, algo que hacía para pasarlo bien, al contrario que con Glycerine y The Nash, donde sí había esa intención de llegar lejos. Hasta ahora no he tenido la sensación de estar trabajando para construir una carrera.
-Eso también demuestra que todavía hay público para el rock.
-Para mí es un rock standard. Prefiero no ponerle una etiqueta demasiado restrictiva. De hecho, nunca he querido hacer una música demasiado concreta, y ahora me apetecía hacer un disco como éste, que para el público indie es demasiado comercial y demasiado raro para otros.
-Para alguien acostumbrado a publicar un disco cada año, ¿cómo lleva eso de tener que esperar?
-Ahora lo estoy empezando a padecer. Al disco todavía le queda un año más de vida, y eso supondrá que habrán pasado cinco años desde que empecé a trabajar en él. Para mí es mucho tiempo.Tengo la suerte de contar con un estudio casero y tener el estudio de Toni Noguera cerca. Ya tengo unas treinta canciones compuestas, aunque de ellas puede que haya cinco de las que estoy plenamente convencido... Queda un proceso largo.
-Parece más contento que nunca con su actual banda..
-De hecho grabarán conmigo el próximo disco. Podría hacer otro Heavenly Hell, entre dos, pero quiero plasmar esa energía y buen rollo que tenemos en los directos.
-Por último, entre una edición extrañísima de alguno de sus grupos favoritos o una espada láser firmada por George Lucas, ¿con qué se queda?
-(Risas) Un sable láser firmado por George Lucas. Ya tengo un montón de ediciones raras de los grupos que me gustan, pero en cambio no tengo ninguna espada láser firmada por George Lucas. Soy muy fan de Star Wars. De hecho, el día que firmamos el contrato me regalé a mí mismo una master replica gigante de Jabba el Hutt, aunque ahora mismo estoy bastante tranquilo. Me estoy controlando.